Los manglares fueron talados.
Los ambientalistas, quienes se oponen al proyecto del Malecón Tajamar por el daño ecológico que provoca, pidieron reunirse con el edil Paul Carrillo, por lo que colocaron los cadáveres de dos iguanas y una ardilla en la antesala de la oficina del munícipe. La destrucción fue autorizada por los gobiernos federal, estatal y municipal. Como la comunidad local se oponía, una brigada de policías y de maquinaria pesada ingresó la madrugada del sábado al lugar para talar el manglar.