(Primera parte)
Con bastante frecuencia, somos los peores enemigos, cuando tontamente erigimos obstáculos a lo largo del camino que conduce al éxito y a la felicidad.
La mayoría de nosotros es incapaz de sacarle provecho a nuestras capacidades. Las sobreestimamos, las subestimamos, nos volvemos complacientes; dejamos que se deterioren. Ocasionalmente, ni siquiera sabemos que existen.
Existen todos aquellos que pueden soñar en alguna carrera exótica, como: la actuación, el canto, la pintura, la literatura, y piensan que lo único que se necesita es perseverancia, que jamás reconocen que para ellos, el verdadero éxito puede encontrarse en otros campos.
En cierto sentido, el fracaso es el camino al éxito, ya que cada descubrimiento de lo que es falso nos lleva a buscar con ansias lo que es verdadero, y cada nueva experiencia nos señala alguna forma de error que más adelante evitamos con sumo cuidado.
No todos aprendemos de nuestros fracasos, ni tampoco nos percatamos con rapidez de los errores que cometemos, de manera que no se repitan. Para esto, con efectividad necesitamos de orientación.
En los términos de nuestras reacciones cotidianas, hay causas comunes del fracaso. Esas diez causas son básicas. Conózcalas, supérenlas, aun cuando sólo sea unas pocas, y habrá eliminado los obstáculos mas reacciones en su camino que va hacia el verdadero éxito.
Las diez formas que obstaculiza el éxito y que debemos de vencer:
1.- El culpar a los demás: Esto es mas fácil de hacer, en vez de asumir la responsabilidad de los errores, esto no es lo mismo por preocuparse, que, por lo que piensan o tienen o hacen los demás, es la atribución real de la responsabilidad sobre los demás, cuando cometemos errores es por falta de orientación, y en vez de evitar los problemas, acabamos cayendo en las preguntas: ¿Quién me hizo esto? O, ¿Qué fue lo que me hizo esto?
2.- Culparnos a nosotros mismos: Por ejemplo, ¿por qué soy tan tonto? ¿Por qué soy una persona fácil de ser engañada? ¿Por que tengo que cometer siempre errores? Simplemente, es una forma rápida y sencilla de atenuar un fracaso, con toda probabilidad llega mucho más adentro y requiere mayor consideración de lo que estamos dispuestos a conocer entre nosotros mismos. En vez de lidiar con el problema que hay detrás del fracaso, luchando para resolver y que no se repita.
3.- No tener ninguna meta: Una persona debe de saber a donde quiere ir, si es que desea llegar a alguna parte. Es tan fácil y simple ir a la deriva y lo peor de esto, no es saber que el ir a la deriva es el mayor enemigo del éxito, es muy importante saber y buscar muy bien cuáles son las verdaderas metas que desea alcanzar.
4.- La elección de metas equivocadas: Es una gran tristeza descubrir después de incontables años de lucha que alcanzaron el objetivo de nuestros esfuerzos que no nos da felicidad. A menudo, se trata de una falla al escoger la profesión: la practica de la medicina, de las leyes, o de la administración, que en un tiempo prometía éxito y felicidad, pueden dejar a quien practica alguna de esas profesiones hastiado y desilusionado, vacio de esperanza. Y cuando alguna persona haya llegado a la quinta o sexta década de su vida, sabe que ya es demasiado tarde para volver atrás, para encontrar satisfacción en otra clase de vida.
5.- El atajo: Muchos de nosotros escogemos instintivamente la ruta mas corta, y la mas fácil, y más rápida hacia el éxito sólo para descubrir que el éxito era ilusorio. Se han pronunciado demasiadas trivialidades para el trabajo arduo y tratamos a no sumarnos a ellos. El trabajo rara vez es placentero. Pero la conquista ya sea de la materia, de la mente, o del alma, si es placentera; es conducente al bienestar, a la felicidad. Con mucha frecuecuencia, la línea de menor resistencia es el responsable de un éxito insatisfactorio y que se desvanece. Con mucha frecuencia, el atajo es el responsable de la elección de metas inapropiadas.
(Continua la siguiente semana)
