Comience pequeño pero sueñe en grande
Tener una visión emprendedora alcanzará el éxito. ¿Quién nunca ha soñado con tener una vida de privilegios, con lo que es mejor para disfrutar: auto, casa, escuela para los hijos, en fin, una vida prospera y sin preocupaciones? Sin embargo, para obtener todo esto es necesario pensar en grande, y también actuar.
En la vida profesional, existen dos tipos de personas: las que se sienten bien en sus ocupaciones, y cuando se le presenta una oportunidad para aprender, se queda con miedo. Ya sea el miedo de perderlo todo, de que una nueva estrategia funcione o incluso para cambiar.
El miedo es una limitación común que puede suceder en la vida de cualquier profesional, y por desgracia, para muchos convertirse en un emprendedor de éxito es un sueño inalcanzable, mientras que para otros es sólo una cuestión de trabajo, de tiempo y de fe.
Si tiene miedo, no saldrá del lugar
Nuestra vida está llena de luchas, usted puede tener éxito, pero seguramente algún desafío surge para exigirle una reacción, y es bueno que así sea, por que el ser humano sólo crece enfrentado desafíos. Es a través de los desafíos que descubrimos nuevas salidas y desarrollamos nuevas estrategias, talentos, habilidades. Entonces, es normal que enfrentemos luchas y situaciones difíciles, por eso nuestro enfoque tiene que estar firme en los objetivos que definimos, sin importar lo que pasa en nuestro alrededor.
No hay manera de vencer económicamente sin arriesgarse, es imposible. Así que piense: si usted tiene miedo, no saldrá del lugar, pero si quiere creer, desarrolle y emprenda un nuevo camino, un nuevo negocio, entonces tiene que dejar el miedo a un lado por que no hay manera de hacer esto sin arriesgarse.
La mayoría de las personas se dejan guiar por sus sentidos naturales, deje de ser común, por que si usted alcanzará el resultado de la mayoría y esto no es lo que realmente quiere.
Por lo tanto, amplíe su visión, que sus sentidos tienen su función, pero no es para dirigir su vida. Todos tenemos los cinco sentidos, como el tacto, la vista, el olfato, gusto y oído, y estos son los que nos dirigen, pero el verdadero sexto sentido que pocos usamos, es la convicción, el sentido espiritual, la certeza, que es la energía de la fe, y que puede ayudarnos a movernos hacia un futuro cien por ciento garantizado sin perder nada.