¿Por qué los sueños no son realizados?
Así como sabemos que nuestro cuerpo está dividido en tres partes: alma, mente y espíritu, también nuestro corazón está dividido en dos, corazón físico y espiritual. El físico es el que sólo bombea sangre, y éste es el que nos permite sobrellevar la vida al momento de respirar.
Pero el que nos permite manejar nuestro temperamento es el corazón espiritual, por eso la mayoría de los sueños no son realizados, porque muchos de ellos son proyectados con el corazón.
Cada vez que una persona proyecta su sueño sobre el corazón, se sujeta a los sentimientos de su corazón para realizarlo. El corazón es falso y engañoso y es una fuente de sentimientos, emociones, fantasías e ilusiones. Él vive a la dependencia de las emociones más fuertes y se alimenta de las ilusiones y del entusiasmo también. Si no hay todo esto, se siente triste y disgustado.
Todos sabemos que para la realización de un sueño es necesario enfrentar dificultades, problemas, esto significa que la realización de un sueño requiere de su fe, lucha, perseverancia y sacrificio. ¿Se puede exigir de la fuente de emociones (corazón), la fe persistente para la realización de los sueños, esta fuente sólo es un sentimiento inútil e ilusorio? Por supuesto que no, esto sería como preparar un niño para la guerra.
El corazón es débil e indefenso, inconsciente e inadecuado para hacer frente a cualquier problema, no fue hecho para actuar, si no para sentir. Por lo tanto, el corazón no es incapaz de inspirar, la dirección correcta es incapaz de proyectar lo viable y de tomar la decisión correcta.
La orientación del corazón siempre se basa a las circunstancias, es decir, se orienta de acuerdo a los sentidos de la vista, oído, olfato, tacto y gusto, él necesita sentir de algo para tomar la decisión, es decir, depende enteradamente de las circunstancias para mantener vivos sus sueños y esperanzas.
Sin embargo, cuando los sueños están proyectados en el espíritu, es decir, sobre la mente, la razón, en el intelecto, está dentro de la voluntad de Dios, entonces con seguridad se realizarán.
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Por: Daniela Suárez Gándara
