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ENFOQUE REGIONAL URBANO

RAUL MUÑOZ DE LEÓN

Quienes crecimos al amparo del Instituto "18 de Marzo", como es el caso de quien esto escribe, pues en él cursé dos años de "kínder" o jardín de niños, seis años de primaria, tres de secundaria y dos de preparatoria; ingresé de cinco años a kínder y de la preparatoria egresé a los 18, esto fue de 1949 a 1962; en total trece años en sus aulas, talleres, canchas y biblioteca.

Decía, que para los que aquí nos desarrollamos, el Parque Morelos, era prácticamente nuestro jardín, pues el Instituto se ubica frente a él por la avenida Rayón, y en cada grado escolar teníamos recreo de media hora de lunes a viernes durante los seis años de primaria; y ya en secundaria y en preparatoria, entre clase y clase disfrutábamos de un receso de cinco o diez minutos, y tanto el recreo como el receso los pasábamos en dicho Parque, aprovechando sus jardines, sus fuentes, sus corredores, descansando en sus bancas, disfrutando de los juegos que tenía: columpios, resbaladeros, barras paralelas y un "kiosko" que aprovechábamos para juegos o "rondas"...

Este gran espacio verde, verdadero "pulmón" urbano de Gómez Palacio, comprende un polígono irregular que abarca de la avenida Rayón a la Trujano y un buen tramo de la Calzada J. Agustín Castro; así como de la calle Ocampo a la Zaragoza; sirvió y aún sirve como paseo dominical de familias completas para convivencias que propiciaban y fortalecían el acercamiento y la solidaridad social. Además fue escenario para la celebración de eventos cívicos, pues ahí estaban los monumentos a la Madre (aún está); al Padre de la Patria don Miguel Hidalgo y Costilla, al Benemérito de las Américas don Benito Juárez, y al Siervo de la Nación don José María Morelos y Pavón, de quien el Parque toma su nombre, héroes nacionales y forjadores de la Patria. De los tres últimos, sólo queda el de Morelos; los de Juárez e Hidalgo se ubicaron en otros sitios.

Por la noche el Parque se convertía en paseo romántico de muchas parejas de enamorados; en que las damas escuchaban con arrobo declaraciones y poemas de su galán y atendían sus requerimientos apasionados; las "muchachas" pedían permiso a los papás de "ir al parque" quienes lo concedían con la condición de "no te tardes" y "llegas antes de las 10", pero siempre vigilantes y al cuidado de sus hijas. No es exagerado decir que en este paraje urbano de Gómez Palacio, se formalizaron varios compromisos que concluyeron en matrimonios de diferentes habitantes de la Ciudad. Además el Parque fue el espacio en el cual durante muchos años, se concentraban los contingentes escolares para el desfile deportivo del 20 de Noviembre, de donde arrancaba y recorría varias calles y ahí mismo terminaba, desintegrándose los conjuntos después de la parada cívica.

En las décadas de los cincuenta y los sesenta del siglo pasado, cuando cursábamos la secundaria y la preparatoria, el Parque Morelos fue testigo mudo de los sueños y esperanzas en el futuro de amigos y amigas que disfrutábamos del Parque y su Nevería. Me parece ver caminando por sus andadores al grupo de Eneví Contreras, Evangelina Aguilera, Lupe de Villa, Amparo Sáenz, Zeyda Cisneros, Gloria Mota, Chepina Moreno, María Elena Borrego, Carlota Vargas, quizás omita algunas e incluya a otras; otro grupo de amigas, lo conformaban: Juana María Corrales, Lilia Jardón, Cristina Varela, Caridad de Villa y Lupina Cavanzón; uno más lo integraban: Bety Galindo, Lucía Borrego, Lupita Jiménez, Griselda Montelongo, Fita Vázquez y Lupita Segovia, que hoy es mi esposa; uno más, el de Lupita Medina, Mony Álvarez, Lolita Cárdenas...

Tuve diferentes grupos de amigos: durante toda la primaria y parte de la secundaria, lo fueron y lo siguen siendo: Jaime Espino, Ángel Carreón, Víctor Alanís, Julián Vargas, Manuel Tapia, José Ortiz (Roque), Alfonso Amador, Enrique Lavín, entre otros; cuando me involucré en la Oratoria, tuve por amigos a Hilario López, René Barbier, Juan Ramos, Rodolfo López (El Rorro), Jorge Torres, Juan Antonio Mata, José Medina, Jorge Chao, Ramírez Garza y...

Había Nevería, que durante buen tiempo fue administrada por Salvador (Chava) de Luna, destacado basquetbolista. La Nevería tenía su sinfonola o "rockola", popularmente llamada, primero "veintera" y luego "pesera"; eran los tiempos del "rockanrol" y el "twist", y escuchábamos entonces a Elvis Presley con "El rock de la cárcel", "Trátame Bien" y "Don't be Crue", también a Los Teen Tops y Enrique Guzmán con "Popotitos" y "Presumida"; a César Costa y Los Camisas Negras con "Mi Pueblo", "Dile que la quiero"; a Johny Laboriel con Los Rebeldes del Rock y "Angelito", "Jamaica", "Melodía de Amor" y "Siluetas", en fin a todos los cantantes de la época. Los Hermanos Carrión "Creo estar soñando" y Celia Cruz con "Tu Voz".

Fue también momento de Los Cinco Latinos con "Mi Oración" y de Los Yopis y "No pidas más Perdón". Igualmente oíamos a las grandes orquestas: Carlos Campos y "Zacatlán", Pablo Beltrán Ruiz y "Al Sur de la Frontera", Mariano Mercerón y "Florecita"; La Sonora Santanera con "Luces de New York" y "Perfume de Gardenias", con la solista Sonia López y su interpretación de "Ladrón", "Corazón de Acero" y "El Nido"; recordamos también a Orquestas internacionales como Billy Halley sus Cometas con el "Florida Twist", Billy Vaughn con "Silver Moon" y Ray Connif con "El Mar".

No es posible hablar o escribir del Parque Morelos y de la "18", sin que nos refiramos a Francisca Rayas, "Panchita". Era propietaria de la miscelánea ubicada en la esquina de avenida Rayón y calle Juárez; su tienda estuvo ahí, seguramente desde 1940 hasta mucho después de haberse cambiado el Instituto a sus instalaciones del bulevar Miguel Alemán, lo cual fue en 1968. La conocimos todos los que ahí estudiamos, por eso varios exalumnos en un homenaje la designamos en 1967 "Madrina de las Generaciones". Amable, enérgica, cáustica y cariñosa. Teníamos crédito abierto con ella, pues nos "fiaba" cuadernos, lápices, colores, mapas, cartulinas, estampas, etc. y nunca nos reclamaba el pago. La saludo con respeto, donde sea que esté.

¡Qué época! ¡Qué tiempos! ¡Qué vida! ¡Si pudiésemos volver a vivirla!

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Escrito en: época Morelos

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