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ENFOQUE REGIONAL URBANO

Cosas de la vida

RAÚL MUÑOZ DE LEÓN

Se discutía, en el seno de una asamblea popular, la convocatoria expedida para elegir al presidente de la asociación, argumentando los que se oponían a ella, que no se habían cumplido los requisitos señalados por los estatutos para...

... el lanzamiento de dicha convocatoria, por lo cual la elección de su presidente, de llevarse a cabo, sería ilegítima de origen y por lo tanto nula.

Sin embargo, los inconformes a pesar de no estar de acuerdo con el procedimiento, registraron un candidato para ocupar la presidencia de la organización, por lo que el moderador de los debates en la asamblea, para justificar el procedimiento utilizado, argumenta: "Caramba, compañeros, ustedes están como el cuento de aquel moribundo, que en su agonía recibe la visita del sacerdote, quien le pregunta: ¿crees en Dios padre todo poderoso? Contesta el moribundo: sí creo, padre! ¿Crees en la Virgen María, madre de Dios?... sí creo, padre. ¿Crees en la Santa Iglesia Católica y Apostólica?... sí creo. ¿Renuncias a satanás?... nada contesta el moribundo... Insiste el sacerdote: ¿renuncias a satanás?... silencio absoluto, y así varias veces; hasta que por fin responde, ¿renuncias a satanás? Padre comprenda por favor, que en mis circunstancias actuales no me conviene quedar mal con nadie".

Así ustedes, amigos, continúa el moderador: no están de acuerdo con la convocatoria, pero inscriben a un candidato, jugando con las reglas que no aceptan, o sea, no les conviene quedar mal con nadie, están con Dios y con el diablo,... por si su candidato gana.

De esta manera, el hábil moderador, resolvió el asunto que amenazaba con hacer crisis en la asamblea y en la propia asociación; el procedimiento siguió adelante, convalidando la convocatoria la participación de quienes se oponían a ella.

La vida diaria nos enfrenta a situaciones difíciles en las que tenemos que optar y tomar una decisión que puede afectar el presente y el futuro de nuestra existencia, situaciones en las que, o somos precavidos como el moribundo o somos hábiles como el moderador, si queremos seguir adelante y desatar el nudo gordiano de la vida.

II

Se acostumbra que los habitantes de los poblados rurales, el día domingo de cada semana "bajen" a la ciudad a hacer sus compras y a proveerse de prendas de vestir que "estrenan", tan pronto como las adquieren. Esto era un hábito y una tradición de la gente del campo hasta hace tiempo. Así recuerdo el cuento de aquel señor que un domingo fue con su familia de compras a la ciudad, y mientras su esposa e hijos entraban en las tiendas a ver la mercancía, él esperó en la esquina del mercado. Estuvo un buen rato esperándolos, y en eso se acerca una persona y le pregunta: "oiga señor, ¿de casualidad, ha visto pasar por aquí a una señora... de estas señas? y le da las características de la dama que busca. El señor le contesta, casi inmediatamente: fíjese que no, yo tengo aquí más de media hora con "mi camisa nueva" y no he visto pasar a nadie con esas señas".

La moraleja de este cuento es mencionar el defecto más común y visible que tenemos hombres y mujeres: somos presumidos, presuntuosos, "farsantes", vanidosos; tan pronto tenemos algo, queremos que los demás se enteren y presentarnos ante ellos como triunfadores y decirles haber superado las situaciones difíciles que nos tenían postrados: "es la naturaleza del ser humano: presumir de lo que tiene y hasta de lo que no", para no verse vulnerable y ser víctima de los "aventados" y de los audaces. ¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad!

En las ferias de pueblo, al lado de los juegos mecánicos que tanto atraen a la gente, sobre todo a los niños; junto a los "puestos" de venta de tacos, lonches, gorditas, hamburguesas, "hot dogs" y refrescos, eventos que algunos llaman perversamente "ferias del taco y la cerveza", se instalan también carpas con mesas y sillas para jugar a la "Lotería", ese juego que de niños era motivo de reunión familiar, de convivencia social, de cultivar amistades y estrechar aprecios. En estos puestos de lotería, el que grita o "corre" las cartas o barajas, utiliza una descripción verbal de la figura para que la gente esté lista y ponga el maicito, frijolito, piedrita o "ficha" en las figuras de la tabla que le tocó. Por ejemplo: "el que le cantó a San Pedro... el gallo"; "la cobija de los pobres… el sol"; "la que no sale del corredor... la maceta", "el que se comió el azúcar... el negrito". Y así, con las demás figuras. Una señora, joven y guapa, jugaba su tabla, distraídamente, y cuando el "corredor" dijo: "el que pica por la cola", la señora se apresuró a decir: "buena con el borracho…", provocando la risa sardónica de la concurrencia. Se equivocó: ¡la figura era el... alacrán! ¡La traicionó el subconsciente!

Así sucede en la realidad y ante las dificultades o problemas que la vida diaria nos plantea. Actuamos precipitadamente, somos víctimas del subconsciente, optando por una decisión que no es la adecuada. Cometemos errores, incurrimos en equivocaciones, a veces con resultados funestos y desastrosos, siendo motivo de críticas, burlas y risas maliciosas de los demás. Hay que estar alertas y jugar a la Lotería de la Vida con seguridad, con seriedad, convencidos de que lo que hacemos, lo hacemos bien, y que ello es lo que debíamos hacer.

Los anteriores son cuentos sarcásticos, prosaicos y hasta vulgares pudieran parecer para algunos, pero hay que leerlos y saborearlos con filosofía, con ánimo abierto, no deben asustarnos ni escandalizarnos, porque después de todo. . . ¡son cosas de la vida!

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