Según la bula, el rito puede ahora efectuarse en cualquier 'persona escogida del pueblo de Dios'. (ARCHIVO)
El papa Francisco ha modificado la ley canónica para que se permita expresamente la participación de mujeres adultas y adolescentes en el rito del lavado de pies de Semana Santa, después de que asombrara a muchos católicos cuando lo practicó a personas femeninas y musulmanas pocas semanas después de su elección como pontífice.
Los proponentes de la ordenación de mujeres elogiaron la bula emitida por Francisco en tanto que los católicos tradicionalistas advirtieron que podría debilitar a la iglesia y propiciar dudas sobre el carácter del sacerdocio como una práctica exclusiva de los hombres.
Las normas vaticanas para el rito que se efectúa el Jueves Santo habían previsto por mucho tiempo la participación exclusiva de hombres. Papas previos y muchos sacerdotes efectuaron el rito tradicionalmente a 12 hombres católicos, en recuerdo de los 12 apóstoles de Jesús, y consolidaron la doctrina de que los curas fueran exclusivamente hombres.
Poco después de su elección como papa, Francisco causó sorpresa a los sectores católicos conservadores cuando efectuó el rito a hombres y mujeres, católicos y musulmanes, en un centro de detención juvenil en Roma.
Francisco ha continuado incluyendo en el rito a hombres y mujeres, jóvenes y viejos, sanos y enfermos, y a personas de religiones distintas; viaja cada año para reunirse con ellos en una muestra de voluntad de servicio. Es una tradición que comenzó antes cuando fue arzobispo de Buenos Aires.
El jueves, el Vaticano publicó un decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el que presenta una "innovación" en el derecho canónico que se ajusta a la manera de Francisco de hacer las cosas.
Según la bula, el rito puede ahora efectuarse en cualquier "persona escogida del pueblo de Dios". Especifica que el grupo puede incluir "hombres y mujeres, e idealmente jóvenes y viejos, sanos y enfermos, clérigos, consagrados y laicos".
Los sacerdotes deben garantizar que los participantes reciban instrucción previa sobre el significado del gesto, según la bula. Aunque la frase "pueblo de Dios" se refiere generalmente a los cristianos bautizados, la bula también señala que los pastores deben instruir "tanto a los fieles elegidos como a otros para que puedan participar en el rito de manera consciente, activa y fructífera".
Esto significa que el rito puede estar abierto también a quienes no sean católicos.
En una carta adicional con fecha del 20 de diciembre de 2014 pero difundida el jueves, Francisco manifestó al maestro de las celebraciones litúrgicas su deseo de modificar el derecho canónico para "manifestar plenamente el significado del gesto de Jesús... de entregarse hasta la muerte para la salvación del mundo y su caridad infinita".
El grupo Conferencia para la Ordenación de Mujeres, que por mucho tiempo ha defendido que haya sacerdotisas, celebró la bula como una señal de que el "cambio es posible".
Sin embargo, destacó que los deseos de Francisco evidentemente han afrontado resistencia al interior del Vaticano, debido a que la carta en la que solicita el cambio tenía fecha de hace más de un año.
El cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, es un firme católico conservador.
"Oramos este Año de la Misericordia por que la inclusión de las mujeres en la iglesia no pare en nuestros pies, sino que sea una de muchas señales para la completa inclusión de las mujeres en la iglesia institucional", señaló el grupo en un comunicado.
Por su parte, el blog tradicionalista Rorate Caeli advirtió que el cambio podría poner en duda la inviolabilidad del sacerdocio como una práctica exclusivamente masculina y llevar a la Iglesia Católica al estilo de la Comunión Anglicana, que está muy dividida al permitir que mujeres funjan como pastores y obispos y bendigan las uniones de personas del mismo sexo.
"Lo que es más trágico es ver que los mismos impulsos que causaron la implosión del anglicanismo se impongan en la iglesia latina décadas después", dijo el jueves Rorate Caeli.
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