Foto: Andreu Dalmau/EFE
La novela Descencia (2011) del escritor tapatío Álvaro Enrigue es un viaje a saltos por la vida de Longinos Brummel, un viejo adinerado que de pronto cae en manos de un par de guerrilleros, y al mismo tiempo un intento del autor por explicar cómo fue que México se convirtió en lo que es.
A lo largo de su novela Decencia, el autor jalisciense va esparciendo trozos de la memoria de su protagonista. El tiempo es un personaje más, y uno importante, en las obras de Álvaro Enrigue.
¿Qué es Decencia? Es, en parte, una novela revolucionaria, también, en parte, una crónica del México de la ilegalidad, a ratos se convierte en una rutina para ejercitar el buen humor.
Como toda buena ficción, ofrece un relato verosímil de lo que fue deambular por el territorio nacional en los días posrevolucionarios con la etiqueta de vencedor en la solapa.
El estilo, relajado y chabacano, tiene reminiscencias de la narrativa de Jorge Ibargüengoitia o Paco Ignacio Taibo II. La obra de Enrigue a veces parece una tormenta hilarante que obliga a pensar en Los relámpagos de agosto o en Algunas nubes.
La historia va como sigue: Longinos Brumell, un viejo adinerado, tiene la mala fortuna de encontrarse en el lugar y momento equivocados. Todo puede cambiar en un instante, más cuando un artefacto explosivo se mete en el camino. Brumell acabará secuestrado por un par de guerrilleros, los hermanos Justicia, a los que se agregará doña Juana, su madre.
Este grupo variopinto emprenderá una especie de road trip de Guadalajara a la Ciudad de México. El único requisito para seguir vivos es esquivar a policías y militares.
DECENCIA EPISÓDICA
El viaje es el presente de la novela y tiene un narrador omnisciente. Entre el punto de partida y de llegada, Enrigue va esparciendo trozos de la memoria de Longinos. El propio personaje es quien rememora y narra episodios imborrables de su vida.
El pasado construye y explica el presente, sea de un individuo o de una sociedad, por tanto, los recuerdos de Longinos acaban convirtiéndose en una especie de resumen del espíritu de una época.
Bien puede ser que Decencia sea un intento de Enrigue por explicar cómo fue que México se convirtió en lo que es, aunque sin la fuerza del categórico ¿En qué momento se jodió el Perú, Zavalita? que Mario Vargas Llosa explora en Conversación en la Catedral.
Quizá la diferencia esencial entre una y otra obra sea la misma que existe entre un grupo afligido que pregunta "¿En qué momento nos dejamos reducir a esto?" y otro encendido que pregona "Pa´que aprendan a respetar".
UN PERSONAJE DE ¿FICCIÓN?
La huida de Longinos y los Justicia permite introducir en la obra a un personaje memorable, un hijo de mala madre: Antón "el Arcángel" Cisniegas.
Longinos lo define como un héroe de la Revolución, los hermanos Justicia se oponen a tal descripción ya que a todos los héroes los mataron. Longinos replica que ese fue justamente el mayor mérito de Cisniegas, "matar a todos los que no eran él".
El Arcángel tiene el aura de un hombre que no sólo sabe mandar sino que tiene la certeza de ser el jefe. La vía legal es la última a la que recurre porque no suele necesitarla, hizo la Revolución y está acostumbrado a la impunidad.
Este anciano con manos como garras de buitre, permanece sereno ante una situación de emergencia en la que le juegan el cobro de un viejo favor. Inquietarse no es lo suyo. Manda sobre gobernadores, trata como títeres a las fuerzas del orden, ante su presencia los genitales de quienes deben oponerse a sus deseos comienzan a temblar y corren el riesgo de no salir indemnes.
Tener un Arcángel así en un país católico debe de ser pecado.
EL RELOJ DE ENRIGUE
El tiempo, con todas sus posibilidades pero también sus trampas y sus arrepentimientos, es un personaje más en la narrativa del jalisciense.
El morral de Enrigue tiene un par de antecedentes que ilustran lo anterior.
Uno es Hipotermia, publicado por Anagrama en 2006. Este libro de cuentos, según algunos críticos, apunta a ser una novela desgranada en varios relatos.
El mismo Enrigue se ha encargado de otorgar una clave de la obra al declarar para medios como Letras Libres: "Es algo que hacía desde niño: pretender que tengo una vida secreta a la que nadie se puede asomar".
Los relatos contenidos en Hipotermia parecen emparentar con el ejercicio realizado por el colombiano Héctor Abad Faciolince.
En Traiciones de la Memoria (2009) Héctor Abad ficciona sobre su propia vida y desarrolla sus 'exfuturos', esas versiones de sí mismo que pudo haber sido y no fue. En Hipotermia, da la impresión de que Enrigue cede la voz a una especie de alter ego o parodia de sí mismo que acaba por convertirse en narrador (o creador) y protagonista de cada relato.
El otro antecedente es Vidas perpendiculares (Anagrama, 2008), título que remite a la vez que invierte al famoso libro de biografías titulado Vidas Paralelas de Plutarco.
El célebre historiador romano destacó los paralelismos existentes entre virtudes y defectos de dos seres distintos. Enrigue entronca distintas experiencias vitales en un solo personaje.
¿De qué manera? Concede a su protagonista, Jerónimo Rodríguez Loera, la capacidad de recordar íntegramente sus vidas pasadas.
Hay quienes opinan que Vidas perpendiculares es también una inversión de Hipotermia, es decir, un conjunto de relatos que acaban por integrar una novela.
El propio Enrigue ha manifestado su conformidad con esa percepción: "los veo como libros siameses".
EN BUSCA DE LA DIFERENCIA
Decencia es un experimento distinto, ni cuentos que conforman una novela, ni novela desglosada en cuentos. Es, en principio, una novela dividida en episodios. Aunque cuenta la vida de un hombre, no lo hace de forma lineal, intercala pequeños fragmentos ubicados en distintos momentos de la vida de Brumell.
Decencia es un viaje a saltos. Longinos comienza a brincar hacia atrás. Retrocede hasta su infancia, situada en los turbulentos años de la Revolución Mexicana. Años de incertidumbre y violencia agudizadas si se era hacendado en vez de revolucionario.
Las etapas intermedias incluyen ver al personaje despojado de su tranquilo hogar en un rancho jalisciense, los negocios dentro de la floreciente industria tequilera, la vida en la Ciudad de México y la mujer deseada, fruto tres veces prohibido para Longinos por ser esposa de su cliente, compadre y protector.
Otras etapas son el matrimonio decorosamente infeliz, la vida estable y monótona de hombre rico en Guadalajara. Finalmente, el suceso inesperado que lo sacará violentamente de la inercia.
CRÍTICA Y MASACRE
No toda la crítica ha celebrado la publicación de Decencia. Muchas cosas bastante malas se dijeron acerca de esta novela.
En el abanico de las opiniones negativas, que pasa por distintas intensidades, algún reseñista la describió como "una novela apenas decente y nada más".
Algún otro opinó que Enrigue solamente estaba cumpliendo con lo que parece ser un ritual de paso para los escritores mexicanos: hablar de la Revolución.
También hubo quien afirmó que la sinopsis del libro era mejor que el contenido.
Las diferencias de opinión, sin embargo, no consiguen borrar el hecho de que se trata de una novela entretenida. Enrigue consigue comprometer al lector con la huida de los Justicia, hijos de padres que sabían hacer la guerrilla.
Tiene sus cosas, como el apunte jocoso que hace uno de los Justicia acerca de una canción del cantante brasileño Roberto Carlos, algo al estilo de Xavier Villaurrutia y su voz que madura.
Y cosas que se vuelven imprescindibles en la casa de citas como: “a la patria de lo único que hay que salvarla es de los mexicanos”.
La Decencia de Álvaro Enrigue obtiene los puntos necesarios para hacer que el lector siga los pasos del autor jalisciense, sus saltos por el tiempo, su búsqueda en la veta de la literatura.
Correo-e: dianaavrenim@hotmail.com