Otra de las grandes potencialidades del hombre es su gran capacidad para utilizar símbolos y construir grandes esquemas de significados mediante los cuales es posible organizar su vida. El más común de ellos es el lenguaje oral y escrito, pero no es el único, porque en realidad toda la cultura es un gran entretejido de campos de significación a los cuales nos estamos refiriendo constantemente y sin los cuales sería imposible llegar al entendimiento con la sociedad.
Nuestra vida cotidiana está llena de símbolos: con la ropa no sólo nos protegemos del clima, sino que también nos significamos como elementos de un grupo social. El tránsito lo organizamos por medio de los semáforos y señales que indican los sentidos de las calles. La ciudad está llena de anuncios que intentan atraer nuestra atención sobre diferentes productos. Los estilos arquitectónicos nos evocan tiempos históricos por los cuales ha pasado una ciudad.
El mero hecho de comer se puede convertir en un ritual de actos simbólicos. Las buenas maneras parten de ahí. La relación entre las personas también están llenas de rituales que simbolizan, como el saludo, el abrazo, la mueca y muchas cosas más que significan, aunque lo queramos evitar.
Las filosofías es un intento por organizar el mundo y utilizamos significados para hacerlo, o indagamos los significados dentro de un orden. Las ideologías parten por el mismo camino, nada más que aquí es en relación con los sentidos sociales. Todo tiene significado y por lo tanto debe de referirse a un contexto.
Esta es la segunda parte del problema, el conocimiento del contexto de donde se está derivando el significado de un símbolo, o de un acto o hecho, que en este caso actúa como símbolo.
Por ejemplo: lo justo en los diversos sistemas ideológicos. No es la misma noción de justicia para un socialista que para un liberal.
De aquí se desprende que un símbolo puede tener diferentes significados, según por el cristal en que se mire. De aquí parten muchos problemas de comunicación y algunas veces no se pueden remediar.
La visión del mundo musulmán es muy diferente a la visión del mundo occidental. Se difieren en muchísimos campos, que si no se respetan, van a impedir la posible comunicación entre los pueblos. Otro ejemplo es, el significado que le puede dar un maestro a que lo examinen para medir su capacidad profesional (posible riesgo de la pérdida de trabajo) y el significado que le pueden dar las instituciones encargadas de la educación, como elemento para mejorar el nivel cultural en México. A lo mejor hay otros subsignificados detrás.
En este mundo de lo simbólico, difícilmente algo signifique una sola cosa. Las palabras comunes y corrientes, cuentan con varias significaciones. Posiblemente, el lenguaje matemático sea el único capaz de presumir un solo símbolo, un solo significado, pero aún en las matemáticas, existe el 0/0 que puede significar cualquier número.
Muchos de nuestros conceptos se basaron en los símbolos para establecerse en nuestra mente. Algunas personas se basan en las primeras impresiones y no son capaces de abrirse a nuevas interpretaciones porque eso destruiría su organización mental, prefieren amacharse en sus concepciones antes de aceptar el posible error y la necesidad de una nueva organización en su pensamiento. (Por ejemplo, algunos no aceptan la evolución comprobada científicamente. La iglesia, en su momento, no aceptó que el sol fuera el centro del universo).
La cultura, en general, es nuestro gran marco simbólico, dicho de una manera moderna, el gran programa mediante el cual manejamos todos los datos de nuestra vida cotidiana. Lo que nos plantea la educación es el aprendizaje de este gran programa en todos los campos para poder establecer relación entre los hombres y las sociedades. Nada significa fuera del espacio cultural en que vivimos. Nos educamos para ello, para entender los contenidos a los cuales nos enfrentamos y de alguna manera poder manejarlos.
