Los animales expresan algún tipo de sentimientos; a veces lloran, a veces se muestran contentos, otras, son agresivos. Los hombres expresan todo ese tipo de estados de ánimo, pero a su vez se sabe que las relaciones afectivas le pueden afectar sus futuros comportamientos.
Es natural separar a los cachorros de sus madres para regalarlos o venderlos. Eso no les afecta mucho. Un niño que no tiene apegos o buenas relaciones en la infancia, por lo general produce anomalías en su comportamiento en el estado adulto. De este campo de estudio se encarga la Psicología y la Psiquiatría. Podríamos concluir que el hombre y la mujer necesitan de afectos de muchos tipos para crecer saludablemente; es más, tenemos la capacidad de expresarlos a través de muchos modos, en forma privada y pública, en las relaciones familiares, de pareja, sociales. Establecimos el beso como un vehículo de expresar nuestro cariño por los otros.
Yo no sé qué tanto se besen los animales entre sí; los hombres lo hacen y se abrazan de una forma saludable, benéfica para el perfecto desarrollo de su estructura síquica.
El afecto se expresa también a través del arte. Tal vez las historias más contadas en la literatura son las de amor y las del desamor; lo que nos presentan son los conflictos que pueden suscitar los hombres, consigo mismo,
con la naturaleza o con el mundo metafísico.
El sentir, ligado a la racionalidad, establece la diferencia entre la manera en que se relacionan los hombres y la forma en que lo hacen las otras criaturas del reino animal. Se dice que las plantas también pueden expresar
sentimientos, pero siempre será en menor grado y no se ha visto que lo expresen.
En el análisis del hombre se ve la imposibilidad de aniquilarle los sentimientos sin llegarlo a destruir, En las novelas futuristas como El mundo feliz de Huxley, o 1982 de Owen se parte de esta premisa. Hay muchas películas con el mismo tema que se empeñan en afirmar lo mismo, hacer del hombre una máquina productora de bienes, incapaz de amar. Las sociedades que proponen la comunidad de mujeres y de hijos, como en el caso de Platón, son utópicas por lo mismo. La entrega de dos produce la familia y cuando la familia se vuelve infuncional afecta todo.
Este plano de las relaciones humanas para muchos es difícil de manejar. Las sociedades modernas quieren ignorar lo importantísimo que es en el hombre el amar y ser amado. Si vamos a educar al ser humano, entonces tendríamos que tocar este aspecto de su personalidad, pero en lugar de ello, al amor le hemos quitado el compromiso que supone las relaciones de los unos con los otros para reducirlo a la dimensión sexual que es en el nivel en que se establece en las especies inferiores.
De la sensibilidad también se desprende el arte. Por medio de él se expresa. El lirismo en eso consiste, en dejar traslucir lo que se siente, lo que se deja fluir sin mucha estructura intelectual o explicación científica. El sentimiento surge acompañado por una LIRA, por eso se le llama lírico, es lo que cantaba el poeta o Aedo, y es lo que a la gente le gustaba escuchar.
Lo que se busca en el arte, es lo mismo que se busca en el amor, seguridad. Es una forma de dar estructura a la naturaleza para intentar entenderla y sentirse seguro en ella. El sentimiento lírico precedió al razonamiento intelectual. Primero se imaginó y luego se comprobó. Sin la imaginación no pudo haber existido la comprobación de nada, y mucho menos haberse desarrollado la evolución.
Fue culpa del poeta la invención de los mitos. Unió la ficción con la realidad. Una explicaba a la otra y se explicaba al hombre mismo; mucho después vinieron otras metodologías que abordaron los problemas queriendo solucionarlos de una manera más eficaz.
Pero con el bardo, el hombre también utilizó su potencialidad para representar, simbolizar, significar. El hombre se volvió un ser simbólico; el lenguaje, todos los lenguajes: oral, escrito, icónico, corporal, le sirvieron para expresar, expresarse, organizar, entender lo que le rodeaba. La ciencia fue metiendo todo lo anterior en una organización estructurada de elemento y ha querido desechar lo que considera fantasía; pero sin ella, ni hay cultura ni hay evolución y se quebranta lo netamente humano. La educación se olvida de esto. Pretende hacer del hombre un ente que conoce y que hace, pero se olvida del que ama y del que inventa o tiene habilidades estéticas.
