Los partidos, tan preocupados por el pueblo, de éste dispuestos a sacrificar económicamente, mientras que los representantes no dejan de servirse con la cuchara grande, y la chica, no faltaba más. Los partidos, ¿dije?, no dejan de alzar su voz protestando contra todo lo que se haga o deje de hacer, ya que siempre hay algo más importante que construir con los mismos presupuestos.
Si se trata del teleférico, se le podría dar una manita de gato al Centro de la ciudad. Si se trata de la megarrueda de la fortuna en la Ciudad de México, se le tapa la visibilidad del Bosque de Chapultepec. Por las oposiciones, se dejó de transformar un corredor comercial en México y no dudo que en otras partes de nuestra sufrida nación pase lo mismo.
A lo mejor, a la oposición no le falta razón; pero también, a lo mejor, las obras en proyecto pueden servir como detonador para que las áreas se reactiven económicamente, a falta de otras ideas. Está muy claro, lo que nos falta son ideas, por eso se copia. Lo del teleférico y lo de la rueda de la fortuna son una copia de lo hecho en otras partes del mundo o del país.
Podría copiarse lo de los trenes rápidos, pero ya se ve que la oposición canceló el que va de México a Querétaro y se quejan del que va a Toluca, como se quejaron de la construcción del nuevo aeropuerto en la Ciudad de México, y se seguirán quejando de tanta nueva idea que surja por ahí, ya que una gran veta del negocio de los políticos sin ideas es estar en contra lo que hacen los otros y cacarear sus proposiciones raquíticas para demostrar al pueblo que ellos sí funcionan.
Lo que nadie puede negar es que al país y a la ciudad le faltan ideas y lo que no hay es proposición de las mismas, porque yo no creo que el centro gane mucho con que se arreglen las calles o se pongan teleféricos, si no existe algo mucho más profundo, y sobre todo inteligente, que le devuelva su importancia a lo que fue el núcleo neurálgico de nuestra ciudad.
Nada más para hacer un poco de historia: nuestro centro no sólo era el centro comercial de nuestra ciudad, sino de toda la región. Recordando esto de las quejas, cuando se planearon la líneas de ferrocarril en el siglo XIX, se pensó primero poner la estación en la ciudad de Lerdo, pero como sus habitantes se opusieron, se vinieron al rancho del Torreón. Lo que perdieron los lerdenses y lo que ganó Torreón estuvo a la vista durante todo el siglo XX.
Para seguir recordando: los antiguos moradores hicieron de este desierto una región algodonera, de las más importantes de la República. Después que el algodón se vino abajo, fue vitivinícola. Bueno, también esto se vino abajo; nos convirtieron en cuenca lechera, y nos quejamos de que se nos está terminando el agua, y aunque muchos lo ignoren, también somos una región muy importante dentro de la minería. Peñoles es Peñoles, y a tantos que les da de comer Peñoles. Y es cuna de importantes cadenas comerciales que no han agachado la cabeza ante la competencia de las internacionales.
Si esta ciudad nació por el ferrocarril, nadie dijo nada cuando este medio de transporte dejó de ser funcional y hasta la estación la convirtieron en un centro cultural. Podría pensarse en un tren Rápido a Saltillo, Monterrey, Durango, Chihuahua. Ciudad de México,nada más para seguir copiando.
Lo más fácil del mundo es quejarse, para que no se haga nada, o hacer obras de relumbrón para sacar su parte. Nuestra ciudad va en declive, rancho de tiendas de conveniencia que se reparten el pastel de las misceláneas, cadenas comerciales que han venido a suplir a las que antes nos sentíamos orgullosos.
Haz obras compadres, es un buen consejo que daba Porfirio Díaz. Algunos escucharon ¡As! ¡Obras compadre! Y nos dejaron las deudas.
En este desierto, se pueden hacer muchas cosas, sólo nos falta el talento humano, pero estamos acostumbrados a importarlo. Nadie puede negar que han sido importantes las colonias española, alemana, china, árabes, palestina, americana, coreana.
¿Dónde están los que vencen al desierto?