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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

José Luis Herrera Arce

LA POESÍA CULTA

Se supone que la poesía culta está dirigida a la racionalidad y al control de la expresión lírica. La métrica más utilizada es el endecasílabo y su forma clásica el soneto.

A lo largo de la historia de la literatura, ha existido una relación dialéctica entre lo que llamamos la expresión popular y la expresión de alto nivel intelectual, mal llamada culta, porque esta palabra también es aplicable al antagonista. Si recorremos los géneros literarios desde la Edad Media hasta nuestros días, nos damos cuenta que en unas épocas dominan unos y en la otra los contrarios. Nos referimos en el artículo pasado al romance medieval que recogía las tradiciones orales. En el siglo XVI, aparece el barroco como parte de la contrarreforma que se vuelve un arte sumamente racional con influencias clásicas grecorromanas. Lo mismo va a suceder con el clasicismo del siglo XVII y XVIII para llegar al romanticismo del siglo XIX, que no solamente es popular, sino pasional, opositor de toda regla. Y en el mismo siglo, va a aparecer el realismo y el naturalismo en la novela, los parnasianos, el simbolismo, el modernismo, que son el punto de partida para todos los demás ismos del siglo XX, principalmente el subrealismo, dadaísmo, creacionismo, estridentismo, que aunque son movimientos de protesta, algunos se vuelven muy profundos de estructuras e imágenes complicadas, metódicos y musicalidad exacta. La historia de todas las artes oscila entre los dos extremos.

Partamos pues del endecasílabo y el soneto. Son formas italianas desarrolladas por Petrarca e introducidas a España por Juan Boscán: ¿Quién tendrá en sí tan duro sentimiento/ que en ver mí malo la vuelta no dé luego?/¿Quién tan loco será, o será tan ciego/ que los ojos no cierre a mi tormento?

Entusiasmó a su amigo Garcilaso de la Vega: El dulce lamentar de dos pastores/ Salicio juntamente y Nemeroso/ he de cantar, sus quejas imitando;/cuyas ovejas al cantar sabroso.

El siglo XVI fue la lucha en pro y en contra de la forma petrarquina que se impuso en la lengua castellana y fue modelo expresivo del siglo de oro español, y del barroco a través de la pluma de Góngora: ¡Oh excelso muro, ah torres coronadas/ de honor, de majestad, de gallardía!/ ¡Oh gran río, gran rey de Andalucía, de arenas nobles, ya que no doradas!

Y de Quevedo: Si no temo perder lo que poseo/ ni deseo tener lo que no gozo/ poco de la fortuna en mí el destrozo/ valdrá, cuando me elija actor o reo.

Y si hablamos de México, la máxima representante del barroco es Sor Juana. En toda la época colonial, no hubo poeta que se le iguale, y aún podríamos afirmar que hasta el siglo XXI: ¡Oh famosa Lucrecia, gentil dama,/ de cuyo ensangrentado noble pecho/ salió la sangre que extinguió a despecho/ del rey injusto la lasciva llama.

Este tipo de expresiones literarias, no sólo en la poesía, también en el teatro y en la novela, además de cuidar mucho las formas, y tener influencia de los temas griegos o romanos, están influidos por la moral religiosa y la ética. De aquí surgen las fábulas que tenían como finalidad educar a los niños y a los jóvenes con máximas para aplicar durante la vida, ejemplo: Samaniego: ¡Que me matan! ¡Favor! Así clamaba/ una liebre infeliz, que se miraba/ a las garras de un águila sangrienta…

Con el tiempo, el estilo se vuelve caduco y denso. En el siglo XIX y XX, se vitaliza con el simbolismo, el modernismo, los ismos, y el barroco del Caribe. Muestras: Rubén Darío: La princesa está triste … ¿qué tendrá la princesa?/ los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color/

Huidobro: Que el verso sea como una llave que abra mil puertas/ una hoja cae; algo pasa volando;/ cuanto miren los ojos creado sea/ y el alma del oyente quede temblando.

Se tilda de elitista a algunas expresiones de este tipo; en México, a los contemporáneos: Novo, Pellicer, Owen y demás. Son el antecedente del grupo Taller, cuyo principal exponente es Octavio Paz: Un sauce de cristal un chopo de agua/ un alto surtidor que el viento arquea/ un árbol bien plantado mas danzante/ un caminar de río que se curva/ avanza, retrocede da un rodeo/ y llega siempre.

Pero la poesía es mucho más que la mera forma o las escuelas que han surgido durante la historia del arte. En la poesía, importa el fondo, la metáfora, la música, todo ello unido en la intuición del poeta.

 ENSAYO SOBRE LA CULTURA Por: José Luis Herrera Arce

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