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Ensayo sobre la cultura

José Luis Herrera Arce

El intelecto mexicano

Ahora, de lo que se trata es acabar con el país y por todas partes se ven los esfuerzos de múltiples personas quienes intentan crear el caos para pescar en ríos revueltos no importando que condiciones dejen a las generaciones venideras. Huelgas de maestros, un gobierno inepto para resolver los problemas fundamentales como la inseguridad, políticos corruptos, pocas fuentes de trabajo, entrega de las principales riquezas nacionales a los extranjeros, obvio con otros nombres; y por si fuera poco, nos amenaza un fascismo en la frontera norte, bajo el nombre de Trump, que odia a lo que huele a latino y mucho más a lo mexicano.

Es momento de recordar que en México se ha dado el intelectual y en el mundo. Los mexicanos nos remiten a los internacionales, sin lugar a duda. Y habiendo intelectuales, no entiendo como no se puede dar la solución a los problemas que nos agobian. Si desde el siglo XIX, personajes que luchaban por la patria también escribían, rescataban la historia y hacían sus proposiciones para solucionar situaciones, algunos nombres: Manuel Payno, Vicente Riva Palacio, Guillermo Prieto, Ignacio Manuel Altamirano, Justo Sierra. En este siglo, el grupo de los siete sabios: José Vasconcelos, Cosío Villegas, Alfonso Caso, Ignacio Chávez, Alfonso Reyes, Silvio Zavala, Jaime Torres Bodet, Eduardo Matos Moctezuma, Enrique Krauze; algunos que no les gustan a todos como José Revueltas, Carlos Monsiváis, el maestro Julio Scherer García; algunos más desconocidos como José Joaquín Blanco, mujeres brillantes, Elena Poniatowska, Cristina Pacheco, Margarita Michelena, muchísimos más que intentan explorar todos los campos de la ciencia, de las artes, la política , la filosofía; en Torreón tenemos un buen filósofo: Mauricio Beuchot.

La pregunta en concreto sería: ¿Por qué estamos tan mal si en México existe gente que piensa? No quiero caer en el error platónico de pensar que el gobernante debe de ser un filósofo rey porque eso tampoco ha dado resultado.

Nos hemos dejado llevar por la demagogia que es la parte más oscura de la ficción. Se nos dijo que la gasolina iba a bajar si accedíamos a que hubiera la competencia extranjera en este campo. La gasolina sigue subiendo, y así por lo general, todo se vuelve mentiras que nos contamos los unos a los otros para esconder nuestra pobre realidad.

Hoy, se hace mucho énfasis en las campañas por la lectura y los libros suben de precio. En sus tiempos, Vasconcelos editó los libros verdes que eran clásicos y los regalaba en las barriadas. Las colecciones de libros que en los sesenta se vendían en los puestos de revistas eran accesibles a un estudiante; esos fueron mis primeros libros. Jaime Torres Bodet, también como secretario de educación, hizo una fuerte e importante campaña de alfabetización. Hoy han salido unos libros de filosofía que cuestan $ 130.00 cada uno. La pregunta es si una persona de bajos recursos puede darse el lujo de comprarlos, cuando el costo del pasaje ya es una severa carga para todo aquel que tiene familia y usa este medio para transportarse.

Hay colecciones que se pueden encontrar en los centros comerciales, por lo general, se trata de sinopsis hechas para facilitarle las cosas a los estudiantes. En el rincón del vago, existen todos los resúmenes y trabajos que ustedes quieran. Un libro normal, hoy por hoy, anda arriba de los 200 pesos, más si se trata de obras de reciente creación. Las editoriales del pueblo se dedicaron a ser empresas para sobrevivir y subieron los precios: Fondo de Cultura y Educal ya no son tan baratos como se pensaría y tampoco tiene la distribución apropiada.

Ahora que fui a la Ciudad de México, me di una vuelta por Bellas Artes donde había una exposición de los contemporáneos. Al entrar, lo primero que encontré fueron las primeras publicaciones de esos autores. En el caso de Salvador Novo, se trataba de un manuscrito que se intitulaba mis primeros poemas y estaba datado en Torreón, Coahuila, o sea, que también en nuestra ciudad se puede dar el intelecto.

Otra de las cosas que disfruté fue la réplica de la Capilla Sixtina, construida enfrente del Monumento de la Revolución, con entrada gratuita. Según esto, va a andar de gira itinerante por toda la República; ojalá y un día llegue a Torreón. Otra muestra más que las personas inteligentes pueden realizar proezas inteligentes.

Al hombre ya no hay que vestirlo con cuentos (León Felipe), hay que darle realidades. La olla está a toda presión y en cualquier momento puede explotar. Hay que buscar a las personas apropiadas para solucionar problemas en todos los campos y despedir a quienes sólo se llenan los bolsillos sin aportar nada.

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