FESTEJAMOS LA REVOLUCIÓN
Las revoluciones, en el mundo, han servido para reactivar a las sociedades en su perfección. Cuando los modelos parecen agotados, viene una idea novedosa que cambia los parámetros de organización bajo la pretensión de obtener más beneficios para más personas o formas de vida más agradables. Desde el principio del mundo, ha habido revoluciones, no todas ellas, por no decir que la mayoría de ellas, han funcionado, pero de alguna manera o de otra, han beneficiado nuestra forma de vivir.
Desde los griegos y los romanos, existieron los intentos revolucionarios, los Graco serían un botón de muestra. Podríamos considerar al pueblo de Israel saliendo de Egipto como otro movimiento que los llevó a la búsqueda de la tierra prometida. Espartaco hizo su revolución, como los aztecas; en Mesoamérica, se levantaron en contra de Azcapotzalco y formaron la triple alianza que le dio primacía a su pueblo. El cristianismo también se puede considerar como un movimiento revolucionario porque vino a cambiar la antigua ley.
En los movimientos sociales, ha habido el bando que alienta la evolución y quienes pretenden impedirla para conservar los privilegios personales en contra de los derechos de los demás. Las fuerzas luchan constantemente porque el egoísmo del hombre siempre anda buscando sus propios beneficios sin importarle lo que el obtenerlos provoca en los demás.
Los conservadores son aquellos que se oponen a toda evolución queriendo que la vida sea estática; si por ellos fuera, volverían al taparrabo y a los árboles, reduciendo al mínimo sus capacidades intelectuales, estéticas, morales. Los revolucionarios, en cambio, andan en busca del movimiento, piensan, ésta es una habilidad humana que no se puede dejar morir, la capacidad de pensar, son curiosos por naturaleza, indagan y sobre todo imaginan otra forma de vivir o de solucionar los problemas para obtener mejores beneficios para más personas.
La historia del mundo ha sido una continuidad de avances y retrocesos. Hay que tener cuidado, la inmovilidad puede perdurar durante mucho tiempo, ya lo hemos vivido, se llamó Edad Media, donde la capacidad de pensar fue controlada por un poder superior que hizo que la evolución se atrasara nueve siglos, hasta que no vino el movimiento revolucionario que se llamó la Reforma, que a su vez produjo la Contrarreforma, que vino a acelerar el reconocimiento de muchas verdades científicas como el hecho de que la Tierra se movía, y que no era el centro del universo, lo cual aceleró la ciencia y en el campo del arte, esta lucha provocó la gran pintura del Renacimiento y el Barroco la expresión de la concepción del hombre en los diferentes bandos.
En el siglo XVIII, la ciencia comenzó su gran camino hacia su apogeo. En el XIX, junto con las revoluciones sociales, independencia de Estados Unidos y Revolución Francesa y posteriores independencias americanas, cambiaron la forma de vivir con la revolución industrial. El Marxismo fue uno de tantos sistemas que se ingeniaron para la construcción de un estado justo que no ha resultado serlo, puesto que el movimiento social no ha llegado a su fin, ni nunca llegará. No acabamos de aprender que la vida es movimiento, transformación, imaginación de la posibilidad de construir una nueva utopía. Las fuerzas conservadoras se vuelven a trepar a la cúspide para que no surjan nuevos movimientos ni otras posibilidades amenazando los privilegios que obtienen ciertos grupos de personas.
Las contradicciones se dan en el camino: quien viene del hombre que predicaba el amor y la tolerancia, acaba quemando personas por no pensar como él (La Santa Inquisición). Quien hereda el poder de la revolución rusa, manda aniquilar a sus antiguos compañeros de lucha (Stalin - Trotsky). Las revoluciones que vinieron a demostrar que la sociedad podía perfeccionarse se convirtieron en totalitarias acabando con la libertad del pensamiento y forjando las edades medias en sus propios países. Afortunadamente, estas edades medias no han durado mucho (Rusia, China).
Festejamos la revolución. Tenemos que tener conciencia de lo que significa un movimiento revolucionario. ¿Hacia dónde nos lleva? ¿Cuál es la utopía que intentamos alcanzar? Porque siempre hay una detrás de estos movimientos. ¿De qué lado estamos? ¿Del que conserva o del que camina? No siempre el cambio es bueno, pero tampoco quedarse estáticos. La vieja lucha entre Heráclito y Parménides; nuestra felicidad en medio.