EL PASEO MORELOS
Sin duda alguna, la avenida Morelos ganó mucho con la remodelación de la que ha sido objeto. Eso, muy pocos lo podrán negar. Lo que se criticará es que con esa inversión se pudieron haber hecho otras obras; también, siempre se pueden hacer otras obras con las inversiones municipales. Lo que hay que valorar fríamente es si el haber sacrificado otro tipo de acciones, como la repavimentación de la ciudad, valió la pena; si a futuros, esta inversión que se hizo redituará lo suficiente como para pasar por alto las molestias que causan tantos pozos en nuestro camino.
A los políticos les encanta exhibir sus obras y echarle tierra a las de sus contrincantes. Creo que es más caballeroso reconocer los méritos ajenos y no valer por lo que se pueda criticar a los otros. Las obras de cada gobierno van quedando y entre todas se conforma la fisonomía de este Torreón que algunos amamos, como algo más que un trampolín para un puesto superior.
La Morelos se ve bonita y para muchos será agradable pasear por sus calles. Hay que reconocer que aún no está terminada; y digo que, ya la plusvalía de los edificios que la rodean aumentó, y por lo mismo la responsabilidad de la segunda parte de la obra queda en los dueños de los inmuebles que han ganado valor.
Una calle comercial no se hace por decreto, falta que surjan los negocios importantes que con sus movimientos fructifiquen en bien de la ciudad. Para ellos, es necesario acondicionar, remodelar, modernizar, embellecer los edificios que pueden servir como locales a los nuevos establecimientos. Si se venden, el nuevo dueño tendrá que hacer esa inversión, si se rentan, va a ser responsabilidad del arrendatario la remodelación necesaria. Mi pregunta es, ¿hasta dónde los poseedores de tales edificios están obligados a corresponder con la ciudad por la plusvalía que les benefició con tales obras? Esa es una pregunta que se va a quedar en el aire.
En el sistema capitalista, la gente se aprovecha de estos actos sin sentirse obligado a corresponder. Yo creo que ya va siendo hora de que nos sintamos comprometidos con una ciudad que se nos ha venido abajo.
Vuelvo a insistir, la Morelos no está terminada. Ya ha recobrado su calidad de paseo, pero aún le falta mucho para que sea un corredor comercial. La mayoría de las inversiones está relacionada con los alimentos y bebidas. No se ve en el horizonte el establecimiento de un negocio interesante. Para los que han viajado, hago la referencia de la avenida Colón en Monterrey y la avenida Madero en la Ciudad de México. Esos son los modelos de obras como éstas; se llenan de gente porque hay a donde ir a comprar o a disfrutar. El movimiento, genera los suficientes impuestos como para que haga que valga la pena haber invertido en tales conceptos. A fin de cuentas, de lo que se trata, no es que los edificios ganen plusvalía, sino que se genere la riqueza que posteriormente se beneficie a la ciudad.
Por parte de los promotores, ya se hubieran puesto en contacto con los posibles inversores. De eso se trata, de conseguirlos para que en el futuro pase, con esa calle, lo que pasó en el bulevar Independencia rumbo a Galerías. Se tendrá que promocionar centritos comerciales o algún tipo de negocio que detonen la verdadera vida comercial.
Ni la moral, ni la ética, ni el orgullo, son suficientes para convencer a los dueños de las propiedades a que le inviertan a sus edificios. Debió haber surgido una ley municipal que los hiciera responsables a la fuerza. Ya le ganaron, no todo es jauja. Deben poner su parte para que la ciudad recupere su grandeza.
Éstas son solamente ideas. La ciudad es de todos, el beneficio de las obras, a fin de cuentas debe ser para todos. Habrá que terminar lo que falta. No pensar en pequeño, sino en grande. Nos modernizamos, que esto sirva para volver a recuperar el lugar que teníamos en el movimiento económico de la región. Contamos con muchas personas que podrían dar sus opiniones y consejos con el fin de que las obras fructifiquen como es debido. Hay laguneros que de la nada han llegado a ser grandes. Espero que ese tipo de laguneros aún exista, nos hace falta.
Hay muchos edificios que pueden servir como recintos de tiendas importantes. Ahora, le toca a la iniciativa privada responder.