Foto: Archivo Siglo Nuevo
Los avances en la medicina y la divulgación científica han ayudado a evitar grandes epidemias, toda vez que que han permitido implementar planes de prevención, así como mejorar los hábitos de higiene y alimentación. Ahora casi todo mundo sabe que existe una multitud de microorganismos viviendo en nuestro entorno e incluso en nuestra entrañas, mismos que muchas veces forman parte de un delicado equilibrio necesario para el funcionamiento del cuerpo humano, sin embargo, de vez en cuando ese equilibrio se rompe con la presencia de algunos organismos inusualmente nocivos para la vida humana y animal, como es el caso del estafilococo.
Los estafilococos son bacterias presentes prácticamente en todos los ambientes humanos, se trata de bacterias que tienen forma de esfera o coco y se agrupan en racimos cuando hacen su aparición, se sienten cómodas en las temperaturas templadas y pueden llegar a causar ciertos problemas de salud bajo condiciones muy específicas.
La comunidad médica internacional ha clasificado al menos unos 30 tipos diferentes de esta bacteria, pero la que se encuentra en casi todos los padecimientos humanos es la llamada “aureus” (áureo), misma que presenta un alto nivel de contagio y tiene consecuencias muy diferentes de acuerdo a su concentración, estado de salud del paciente y área de desarrollo.
Estos “cocos” dañinos pueden estar presentes en el agua, el polvo y en alimentos de origen vegetal, sin embargo la mayor concentración se encuentra en los seres humanos y los animales, es decir, viven prácticamente dentro de nosotros y de esa forma pasan la mayor parte del tiempo, esto antes de encontrar alguna oportunidad para desarrollarse.
Al igual que un depredador, el estafilococo áureo puede permanecer inactivo durante períodos prolongados de tiempo sobre algún huésped, luego pasar a otro y encontrar el modo de activar su metabolismo dañino. En los seres humanos es usual que la bacteria se aloje sobre la piel, en el cabello, uñas y hasta en el área nasal, desde ahí esperará pacientemente hasta que aparezca alguna herida (puede ser microscópica) para introducirse directamente al torrente sanguíneo.
Una vez dentro, la bacteria iniciará su metabolismo habitual y las complicaciones para la persona se comenzarán a notar en cuestión de horas. Gran parte de los casos manifiestan infecciones en la piel, pues una mala higiene aunada a pequeñas cortaduras incluso imperceptibles facilitan la introducción de los cocos al cuerpo.
En el 97 por ciento de los casos, las infecciones por estafilococos en la piel tendrán los mismos síntomas: aparecen pequeñas ampollas similares al acné, inflamaciones, dolor, hinchazón y aumento de temperatura en el área afectada o incluso en el mismo organismo.
Dentro de las afectaciones cutáneas también se deben de contar la aparición de costras supurantes y la molesta celulitis, misma que causa hinchazón y un desorden en las paredes de la piel a simple vista, más allá del tema estético se corre un riesgo importante a la salud que debe de ser atendido de inmediato.
Cualquier complicación con una infección del aureus puede llevar a escenarios temibles, ya sea la amputación de algún miembro o, en el peor de los casos, la muerte, esto a causa de la masiva intoxicación bacteriana.
Una de las afectaciones más serias que causa la presencia del estafilococo es sin duda la neumonía, generalmente se puede evitar su aparición con cuidados y protocolos que deberían estar presentes en la mayor parte de los centros de salud del mundo, lamentablemente no es así.
La neumonía hace víctimas principalmente a pacientes que se encuentran con una baja considerable en su sistema inmunológico, como recién nacidos, personas de edad avanzada o pacientes con algún tratamiento que obliga a una baja de defensas. En esos casos la bacteria del estafilococo se aloja y surte efectos devastadores a nivel de los bronquios y bronquiolos, en caso de que se registren complicaciones graves se puede llegar a la muerte en cuestión de días, en otros casos se tendrán lesiones permanentes en el sistema respiratorio.
Especialistas también advierten que el tipo aureus del estafilococo también tiene responsabilidad en otros padecimientos de gravedad como la meningitis, la artritis e incluso la meningitis, por lo que el rango de daño de la bacteria es de consideración, se trata de un formidable enemigo de la salud humana y animal.
ALIMENTOS “CONTAMINADOS”
Al estar presente en los animales y en los ambientes humanos, la bacteria del estafilococo también tiene un punto importante de afectación a través de los alimentos. En algunos países se trata de una de las causas más comunes de enfermedad, esto debido a las malas condiciones de los sistemas de salud, a la falta de estándares de calidad y sanidad en sitios de preparación, además de los malos hábitos de la propia gente.
La lista de alimentos que pueden ser sensibles a convertirse en transporte de estafilococos es muy larga, aunque en los últimos años se han logrado identificar algunos que destacan por su peligrosidad al estar expuestos a ciertas condiciones de riesgo, tales como una temperatura inadecuada en su transporte, su contacto con áreas contaminadas, etcétera.
Destacan entonces las carnes crudas, los embutidos y procesados, lácteos y sus derivados, papas, vegetales y alimentos preparados con agua contaminada o sin los procesos adecuados de purificación; la infección por el estafilococo en alimentos manifiesta sus síntomas en el mismo lapso que en otros casos, es decir, en un tiempo no mayor a las seis horas.
Sin embargo, cuando los alimentos están contaminados por esa bacteria los síntomas varían entre los dolores abdominales intensos, vómitos, náuseas, mareos, dolor de cabeza y espasmos, en casos más graves incluso se pueden presentar alteraciones en la presión sanguínea.
El tratamiento habitual contra el estafilococo consiste en la aplicación de derivados de la penicilina, tales como la meticilina, oxacilina o alguno similar; con las atenciones médicas adecuadas la infección cederá sin mayores complicaciones.
Si embargo, la lucha contra el estafilococo en el ambiente humano no radica en el combate con medicamentos, sino en los hábitos de higiene constantes, en la limpieza de los espacios, en la calidad en la preparación de alimentos y en procurar una higiene general, de esa forma se mantendrá a raya a una formidable bacteria.
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