Polémica. Hollande (izq.) pidió el fin de la polémica sobre el dispositivo de seguridad en Niza en el ataque del 14 de julio.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha centrado sus ataques en el último año en Europa, y en especial en Francia, donde el pasado martes fue degollado un sacerdote en una toma de rehenes en una iglesia en el norte de Francia.
En tanto, se han dejado al descubierto graves errores por parte de los encargados de la seguridad en Francia, pues uno de los atacantes de la iglesia tenía un dispositivo de control policial y había intentado viajar a Siria en dos ocasiones para enrolarse en las filas del Estado Islámico (EI).
Además, ayer se dio a conocer que el segundo atacante estaba fichado por la policía como sospechoso de poder cometer un atentado en Francia.
Se trata de Abdelmalik Petitjean, un joven de 19 años, que había sido fichado por "radicalización" por una oficina de lucha antiterrorista francesa.
Las autoridades no lograron identificarle hasta ayer porque su rostro había quedado desfigurado tras recibir balazos en la cabeza por parte de agentes que le abatieron luego del ataque.
Según fuentes, la policía le había clasificado como "susceptible de cometer un atentado sobre el territorio nacional" y como un "individuo peligroso".
SIN BARRERAS
Mientras tanto, en Niza, la Inspección General de la Policía Nacional francesa consideró ayer que fue adecuado el operativo policial organizado para el espectáculo durante el cual se cometió el atentado en el que murieron 84 personas.
Sin embargo, en la zona se desplegaron policías nacionales y municipales, pero no se colocaron barreras, lo que permitió a un tunecino penetrar en la avenida con un camión con el que atropelló a centenares de personas.
'El odio no nos dividirá'
El presidente francés Francois Hollande y varios miembros de su gobierno asistieron ayer a una misa celebrada en la catedral de Notre Dame de París, en honor del sacerdote Jacques Hamel, degollado en un ataque terrorista.
La misa estuvo encabezada por el cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de París, que mencionó la perversión del yihadismo en su homilía.
A la eucaristía asistió Hollande, quien no acostumbra participar en celebraciones religiosas por el carácter laico del Estado francés. También asistió su primer ministro, Manuel Valls, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, los presidentes de las dos cámaras del parlamento galo y el expresidente Nicolás Sarkozy.
"Atacar a un cura es atacar a lo que es Francia. Estamos unidos. El odio no nos dividirá", comentó el primer ministro Manuel Valls al término de la ceremonia.
