En la actualidad, la presencia de arsénico en el agua empleada para el consumo humano es uno de los más graves problemas de salud pública a nivel mundial debido a la elevada toxicidad y alto riesgo de causar enfermedades cardiovasculares y diferentes tipos de cáncer.
Se ha estimado que la salud de más de 200 millones de personas en todo el mundo está en riesgo de desarrollar alguna enfermedad relacionada a la exposición al arsénico a través del consumo de agua para beber.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha definido que el agua potable no debe exceder el valor referencial de 10 µg/L de arsénico, sin embargo, en países como la India, Bangladesh, China, Vietnam, Taiwán, España, Portugal, Hungría y también en varios países de Latinoamérica como México, Nicaragua, Ecuador, Chile, Argentina, Perú, Brasil y Uruguay se han reportado concentraciones de arsénico en el agua de bebida muy por encima del valor máximo recomendado por la OMS.
Las investigaciones realizadas en La Comarca Lagunera sugieren que el arsénico presente en el agua subterránea, es debido principalmente al agotamiento de los mantos acuíferos, lo cual a su vez, ha sido propiciado por la construcción de presas, al desvío de sus ríos y a la sobreexplotación de las aguas subterráneas. La mayor parte del agua subterránea extraída en la Comarca está destinada al riego de alfalfa, cultivos forrajeros, otros cultivos y en una menor proporción para el consumo humano.
La exposición a arsénico a partir de agua de consumo se encuentra asociada con el desarrollo de diferentes tipos de cáncer y entre ellos el de vejiga, especialmente en aquellos sujetos que se encuentran expuestos a altas concentraciones al metaloide, así como en los fumadores. El arsénico es excretado principalmente a través de la orina y en la mucosa de vejiga induce carcinogénesis por daño al ADN.
La incidencia mundial es de 9 por cada 100,000 hombres y de 2 por cada 100,000 mujeres. En Latinoamérica, el cáncer de vejiga tiene una incidencia de 5.6 por cada 100,000 habitantes; en México la frecuencia de este tipo de cáncer es mayor a la reportada en otros países, ya que la frecuencia es del 14.4% de los cánceres genitourinarios, lo cual lo ubica como la cuarta neoplasia más frecuente.
Este tipo de cáncer aparece en etapas tardías de la vida y el promedio de diagnóstico es a los 69 años en los hombres y 71 en las mujeres.
Una investigación conducida recientemente por la Facultad de Medicina de Torreón en sujetos con cáncer de vejiga, no encontró una alta excreción urinaria de este metaloide en los pacientes estudiados y la mayoría de los sujetos (90%) presentó concentraciones urinarias menores a los 50 µg/L y de éstos el 75% tuvieron una excreción menor a los 25 µg/L. Una posible explicación para los valores bajos de arsénico encontrados en la población, puede ser que el 53% de la población refirió tomar regularmente agua purificada y no de la llave, así como por la concientización de la misma población sobre los efectos deletéreos que tiene el arsénico sobre la salud.
Estudios recientes han provocado una preocupación especial, ya que aun con un bajo nivel de exposición a As (sobre todo a largo plazo) se pueden observar efectos acumulativos sobre la salud humana y ello ocasionar cáncer; por lo tanto, es sumamente importante disminuir la concentración de arsénico en el agua de bebida de los habitantes de la Comarca Lagunera y lo cual se lograría evitando aún más la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
*Toxicólogo y Endocrinólogo de la Reproducción. Profesor de Fisiología y Jefe del Centro de Investigación Biomédica de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será de la Dra. Susana Bassol Mayagoitia, Endocrinóloga de la Reproducción.