En general, la decisión de un embarazo se toma en pareja. A partir de un año de mantener relaciones sexuales y no quedar embarazada, sin uso de ningún tipo de anticonceptivo, se diagnostica infertilidad y las parejas inician su recorrido para solucionar esta situación; estos recorridos van desde consultas médicas hasta ritos mágicos, al no haber éxito, se inician una serie de cambios en la pareja como ansiedad y depresión.
Cuando aparece la depresión al no lograr el embarazo, se demuestra que el deseo de la reproducción ocupa un lugar central en los objetivos de la pareja, desplazando otros objetivos por los cuales están unidos. Esto da lugar a la impotencia al ser un evento que no sólo impacta el presente, sino también se proyecta hacia el futuro. Al irse perdiendo la motivación van abandonando los tratamientos y otras llegan hasta la separación de la pareja al no poder enfrentar esta crisis vital en forma conjunta; tanto la ansiedad como la depresión se instalarán en forma permanente, lo que implicaría un decremento en la calidad de vida de las parejas. El hijo se busca como soporte de la autoestima, por lo que representa gran importancia. Si el embarazo se da, el sentimiento de posesión repercutirá en incrementar la autoestima. En algunos casos, el embarazo escapa de las posibilidades de la pareja por lo cual la frustración genera conductas hostiles. Éstas se utilizan como protección contra los cuestionamientos de amistades y de la familia. La realidad señala que sólo un 50 % de estas parejas podrán a través de tratamientos o en forma espontánea lograr el embarazo. Ningún tratamiento garantiza totalmente el embarazo, por lo cual es importante que las metas médico-paciente sean pequeñas, durante las primeras entrevistas la meta será el diagnóstico, no el embarazo, esto es necesario aclararlo a la pareja, ya que les proporciona la sensación de control de su tratamiento y de sus emociones.
Actualmente existe más evidencia respecto a que no existen factores emocionales o psicológicos que ocasionen no poder lograr el embarazo aun en la infertilidad de causa no conocida: Mediante la técnica de psicoterapia breve los conflictos relacionados a la vida reproductiva pueden desaparecer después de aproximadamente doce sesiones, en donde se detectan las motivaciones reales de la necesidad de embarazo y el por qué la maternidad representa el objetivo central en su relación de pareja y en su vida.
Mediante esta técnica se busca atender el aspecto del conflicto inmediato y ayudar a la pareja a fijar sus objetivos a corto, mediano y largo plazo y retomar sus proyectos de vida con o sin hijos. Ayuda también a que la pareja entienda que el rol de la paternidad no les está negado, la adopción es un recurso para lograr sus deseos sin desatender otros aspectos importantes que como hombre o mujer representan dentro del contexto social.
*Endocrinóloga de la Reproducción. Jefa Departamento de Salud Reproductiva del Centro de Investigación Biomédica y Profesora de Fisiología de la Facultad de Medicina de Torreón, U. A. de C.
La próxima colaboración será del Dr. Evaristo Gómez Rivera, Traumatólogo.