El científico y blogger habitual de BioMed Central, Bryony Graham, dice lo siguiente: "Ser un científico puede ser a veces frustrante, pero también es muy gratificante".
Todo el mundo se queja de su trabajo. Decimos que siempre hay mucho que hacer (o no lo suficiente); que es demasiado difícil (o demasiado fácil); o que el salario es una basura, aunque estoy bastante seguro de que nadie se ha quejado de que se le paga demasiado.
He escrito algunas publicaciones y admito que algunas veces en el proceso de publicación me he quejado también. Por ejemplo, existe un problema irritante en la lucha que tenemos que librar para lograr que nuestras publicaciones aparezcan en aquellas revistas de más alto factor de impacto (la medida como el mundo de la ciencia califica la calidad de las revistas científicas), debido al efecto que esto tiene en el desarrollo de la carrera de los investigadores.
Es probable que las líneas anteriores no tengan mucho significado para usted, a menos que sea investigador, Así que pensé que sería bueno poner en papel lo que me gusta de mi trabajo, para que el público general conozca un poco más de lo que hacemos. Porque, lo crean o no, pienso que ser un científico es algo fabuloso.
Soy un especialista en genética molecular (una manera segura de matar la conversación después de que en la cena te hacen la clásica pregunta: "¿qué haces?". Siempre me ha fascinado el hecho de que todo nuestro cuerpo está construido sobre la base de la información genética contenida en un código de cuatro letras. Esto me cautivó desde los inicios del bachillerato, cuando leí con detalle por primera vez lo que era el ADN, y aún ahora me sigue cautivando igual.
Me pagan para tratar de averiguar cómo la información contenida en este código se traduce en un ser vivo, sea humano o de cualquier otra especie y como alteraciones en este código pueden producir enfermedades como el cáncer. Seguro que no a todo mundo le gustaría estar navegando en el barco de la investigación, pero personalmente creo que es una manera bastante impresionante de ganarse la vida.
Lo que más me gusta acerca de mi trabajo es que tengo la oportunidad de diseñar experimentos para responder a las preguntas de las cuales nadie sabe la respuesta. Es cierto que después de tener resultados de los experimentos viene el estrés y la lucha de convencerme a mí mismo (y por supuesto, también a otros) de que tengo la razón, y tratar con el hecho de que tal vez otras veces no la tengo. Esto es frustrante, es agotador y es estresante. Pero cuando funciona es increíble.
Todo el tiempo, por definición, el científico empuja los límites del conocimiento para encontrar nuevas y mejores explicaciones de cómo el Universo en general y los seres vivos en particular, se desarrollan y evolucionan. Así que cuando tengo un mal día, trato de recordar esto para recordarme a mí mismo la privilegiada posición en que estoy.
Por supuesto hay malos días y a veces incluso francamente miserables: Como investigador te puedes pasar horas o días o semanas o meses golpeando tu cabeza contra una pared tratando de conseguir recursos para trabajar, para reparar una nueva pieza del equipo o batallando para que los árbitros de las revistas se apiaden por fin de ti y que como la mujer soñada, te den finalmente el "sí te publico tu artículo". Esto también puede ser frustrante, agotador y estresante, pero cuando funciona es increíble, la sensación de satisfacción es inmensa.
Ser un científico requiere una enorme inversión de tiempo, esfuerzo y energía, pero la magnitud de la recompensa hace que esto valga enormemente la pena. Esto es particularmente notorio en la investigación médica. ¿Se ha puesto usted a pensar cómo surgieron las vacunas que son aplicadas para la prevención de enfermedades, o la gran cantidad de medicamentos que permiten curar o aliviar un sinfín de enfermedades que padecemos? ¿Sabe usted cómo surgieron los aparatos de imagenología por rayos X y el ultrasonido, que sirven ahora para diagnosticar diversos tipos de alteraciones en nuestros órganos? ¿Cómo hemos llegado a contar con equipos de quirófano tan sofisticados que facilitan al cirujano la consecución de una cirugía exitosa? Pues si no lo sabe, déjeme decirle que todo esto es debido al gran esfuerzo que cientos y miles de investigadores han realizado durante mucho tiempo alrededor del mundo.
Así que mientras muchos piensan que los investigadores estamos locos y alejados de la realizad, me siento increíblemente afortunado de hacer lo que hago para vivir. Como un amigo mío ha señalado recientemente, me pagan para pensar. Y eso es todo un lujo.
*Genetista. Investigador y Profesor de Genética de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será Dr. Humberto Saavedra Vivar, Ginecólogo.