El cáncer de cérvix (cuello uterino), sigue siendo un problema de salud pública; en nuestro país, ocupa un lugar importante en los fallecimientos de mujeres, sólo por debajo del cáncer de mama y de otros órganos, como pulmón, tubo digestivo, huesos, por mencionar algunos.
Hablar de cáncer del cuello uterino, es hablar de desigualdad social y de condiciones de extrema pobreza. Cabe señalar que no sólo México sufre este problema, al igual que otros países en vías de desarrollo donde el cáncer de cuello uterino sigue cobrando vidas. En nuestro país se tiene una defunción cada 2 hrs. a causa del cáncer de cérvix, a pesar de todas las campañas, a nivel nacional persisten aún las barreras que limitan a la población a acudir a realizar una detección sencilla, no dolorosa, gratuita y que puede salvar a muchas vidas. Sobre todo cuando se detectan los problemas a tiempo, esta prueba es el Papanicolaou, que realmente no es indicativo de la región del tracto genital femenino, se le llama Papanicolaou por la técnica en el uso de las tinciones, la manera de preparar la muestra y fijarla en el portaobjeto para su visión al microscopio, esto gracias al ingenio del Dr. Jorge Papanicolaou, de ahí su epónimo. Si bien es una detección simple existen aún limitantes en la toma de este tipo muestras, en algunas ocasiones por la creencias de la paciente, en otras porque no se ofrece por parte del personal encargado de los servicios de salud y en otras más, se desconoce si la detección puede llevarse a cabo, por ejemplo, en el embarazo, o cuando la paciente a la cual se le ha realizado una histerectomía, estas situaciones por muy difíciles que se pensara están dentro de la población a la cual se le puede y debe realizar este tipo de detección. Y si tomamos en cuenta que muchas mujeres en nuestro país, el único momento que acuden a un hospital es durante el embarazo y cuando no ofertamos esta detección estamos dejando a la paciente fuera de la detección, lo que en seguridad pública es una oportunidad perdida.
El término correcto para el Papanicolau es citología exfoliativa del de cérvix uterino, ya que durante la toma, se recaba células exfoliadas que se han desprendido del epitelio, por ello la gran validez y el peso que tiene una citología cuando se toma con todas las debidas precauciones y con un objetivo: buscar células malignas. Por lo tanto la toma, el transporte, el fijado, la tinción, la interpretación por el cito-tecnólogo, son factores importantes en la detección de una alteración celular. De ahí que la citología de cérvix siga siendo el estándar de oro en la detección del cáncer del cuello uterino, sin bien es cierto que en múltiples ocasiones puede dar falsos negativos.
Existen además otro tipo de estudios, que pueden realizarse una vez que la citología reporta alteraciones, éstas son la colposcopia y la toma de biopsia guiada por colposcopia y también existen pruebas moleculares, con son la prc, la captura de híbridos que son estudio de biología molecular que muchas ocasiones, son inaccesibles para la mayoría de las pacientes.
Se invita a toda la sociedad a acudir a un centro de salud comunitaria donde se realiza este tipo de detección, dejando atrás, todo las creencias y tabúes, que lo único que hacen es retrasar el tiempo en la detección oportuna y manejo a tiempo, ya que el cáncer del cuello uterino es curable si se detecta a tiempo.
*Ginecólogo. Profesor de Ginecología de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será de la Dra. Susana Bassol Mayagoitia, Endocrinóloga de la Reproducción.
