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FACULTAD DE MEDICINA

LA ENSEÑANZA MÉDICA

DR. EDUARDO SERNA ZETINA

"Ser maestro es la segunda cosa más difícil en la vida, sólo detrás de ser padre"

-Ronald M. Harden.-

Enseñar bien es más divertido que enseñar mal; enseñar bien combina arte y ciencia. Por eso el mal maestro no es el que sabe o enseña menos, sino el que no muestra interés por sus alumnos, el que no acude a clases, el que no trasmite su pasión en todas sus actividades, el que anda en las calles haciendo destrozos y deja sin clases a sus alumnos, ese es un mal maestro.

La enseñanza en la medicina ha cambiado radicalmente. No sólo por los avances en los conocimientos, sino también por las técnicas que han demostrado dar mejores resultados en el aprendizaje. Sobre todo, porque los alumnos actuales son muy diferentes a los de antaño. El alumno actual demanda un conocimiento mucho más gráfico, con mayor contenido de imágenes; por ello se aprovechan las tecnologías de la comunicación en su grado más avanzado. El conocimiento médico se duplica cada 18 meses, por lo que mantenerse actualizados exige que nos convirtamos en alumnos de por vida. El maestro debe ser un verdadero profesional de la enseñanza no un técnico.

Anteriormente cualquier médico, incluso recién egresado, por el sólo hecho de ser especialista, se sentía capaz de dar una clase en la Facultad, ya que era una actividad poco demandante. El profesor podría dar clases a manera de conferencia o encargar a los estudiantes algún tema del currículo; se fomentaba, especialmente, el aspecto memorístico. Los especialistas sólo se preocupaban por mantenerse actualizados en los más recientes avances de su campo, pero nunca ponían atención en la técnica de enseñanza. No pretendían ser profesionales de la educación.

El maestro-médico tiene una gran responsabilidad con sus estudiantes y con la sociedad. Ya no es tan sencillo, ahora hay que realizar muchas actividades, entre éstas: planear el programa, elaborar instrumentos de evaluación, diseñar las diferentes técnicas de enseñanza, participar activamente, junto a otros maestros, en las actualizaciones de los planes de estudio. Hay que tener presente que el conocimiento debe tener un valor práctico, útil. Ya que si no cumple con esto, desaparecerá de la memoria del estudiante muy pronto. Un buen maestro creará memorias que se quedarán de manera imborrable en la mente del alumno. No sólo debe tratar con la teoría del conocimiento, sino también con la práctica que exige el contacto con los enfermos, punto máximo de la enseñanza que permitirá desarrollar las habilidades de la relación con sus pacientes. El entusiasmo y la pasión son los componentes más importantes del profesor de medicina.

Por otra parte, los alumnos están aprendiendo todo el tiempo, y el factor más importante que refuerza dicho aprendizaje es la retroalimentación, de preferencia inmediata y no evaluativa, que sepan lo que hacen bien. Todos tenemos diferentes necesidades de aprender y también diferentes formas de hacerlo. No debe descartarse incluso, un acuerdo entre maestro y alumnos en la mejor forma de llevar una clase, la cual por cierto, para que sea lo más efectiva posible, está exigiendo cada vez en mayor grado, el tener grupos pequeños.

Algo en lo que recientemente se ha insistido en la enseñanza médica es el uso de simuladores. Resulta increíble que el uso de los simuladores sea algo tan común y tan antiguo en el caso de los pilotos de aviación, que se les exige cumplir con ciertas horas de vuelo simulado antes de permitírseles volar un avión real con pasajeros, pero en el caso de los médicos no. En los últimos años se ha vuelto necesario recurrir a estos robots o simuladores, los cuales, aunque no proporcionan una situación idéntica, sí se aproximan, por lo que son de mucha utilidad. Aunque existe la limitante por el costo que tienen, ya que algunos se venden hasta 200 mil dólares.

El gran incremento en los conocimientos médicos, ha obligado al desarrollo de las especialidades médicas, pero no debemos olvidar que las escuelas y facultades de medicina se encuentran formando médicos generales. Casi todo mundo sabe, que la carrera de médico cirujano es la más larga, llevándose actualmente 7 años para graduarse como médico general y de 3 hasta 9 años más para lograr alguna especialidad y subespecialidad. Pero el proceso de enseñanza-aprendizaje no termina jamás.

Finalmente, el maestro actual debe convertirse, además de en un conocedor de las tecnologías de la comunicación y la información electrónicas, en un guía para los jóvenes que les facilite su proceso de enseñanza, no solamente en las aulas, sino para el resto de su vida.

*Cardiólogo. Director General de la Facultad de Medicina y Hospitales Universitarios y Profesor de Cardiología de la Facultad de Medicina, Torreón. UA de C.

La próxima colaboración será del Dr. Rogelio Recio Vega, Toxicólogo y Endocrinólogo de la Reproducción.

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