En continuidad con el primer artículo sobre este tema, en el que escribí sobre el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) que se presenta en niños, ahora veremos otra expresión del mismo padecimiento, pero en adultos jóvenes.
De vez en vez, nos encontramos con jóvenes que presentan síntomas de inatención, con malas relaciones de familia, pareja o trabajo; con cambios repentinos en el estado emocional como: enojo, irritabilidad, explosividad, ansiedad o depresión. Por ello, a continuación les presento algunos ejemplos de casos clínicos que frecuentemente vemos en la consulta:
Caso 1.- Justo antes de los 20 años durante los primeros semestres de una licenciatura, suele encontrarse, en la evaluación del joven, que ha iniciado dos o tres carreras y no ha concluido ninguna, pues inicia con desinterés en el curso, no retienen los conocimientos, no desarrolla entusiasmo por la carrera. Se va produciendo ausentismo, hasta que este mismo termina por provocar baja de la universidad. El muchacho busca encontrar su desarrollo en el trabajo, pero conoce amigos que le propician el abuso de sustancias adictivas, esto provoca el motivo de consulta.
Caso 2.- Adulto joven que aún no puede terminar el bachillerato, presenta problemas de conducta no puede evitar el tomar objetos de sus compañeros, ha tenido tres percances automovilísticos (no de graves consecuencias), reconoce que los alcances fueron de una manera tonta. Sus padres están desesperados pues también el joven ha tenido que responder a un embarazo no planeado.
Caso 3.- Entrevistada de 25 años, refiere que generalmente está inquieta y desesperada que fácilmente se torna irritable y con frecuencia presenta crisis explosivas, sobre todo, con sus padres o con sus hermanos. Desea saber qué le pasa, ¿por qué no puede contenerse y llevar la fiesta en paz?
Caso 4.- Joven de 27 años con carrera trunca, inquieto, siempre está haciendo algo, es exitoso para ventas de aparatos electrónicos acude para tratamiento por abstinencia; en los últimos 20 meses ha perdido todas sus ganancias en el consumo de sustancias.
Caso 5.- Adulto en la crisis de la edad media, carga un largo historial de desencuentros por disfunción conyugal, peleas frecuentes, con dos hijos preadolescentes; cree que en la más reciente pelea ahora sí se va a romper su relación conyugal.
Los anteriores son casos que muestran "focos rojos" de un problema de déficit de atención. Hasta los años ochenta se consideraba que el TDAH era un problema infantil que se resolvía en la preadolescencia, pero después de los años noventa, se ha identificado, diagnosticado y tratado con éxito en adultos jóvenes con TDAH. Al inicio se hicieron estudios de seguimiento en niños que presentaban TDAH hasta la mayoría de edad y se encontró que hasta un 60 % de ellos presentaba alteraciones persistentes hasta la vida adulta. Los estudios genéticos, de neuroimagen, neurocognositivos y farmacológicos mostraron que para fines prácticos los hallazgos obtenidos replican a los hallazgos obtenidos en los niños, esto demostró la importancia y necesidad de que al evaluar a un adulto joven debemos de pensar en el diagnóstico del TDAH o descartarlo cuando no se reúnan los criterios de diagnóstico y cuando los signos y síntomas están presentes debemos iniciar La medicación específica.
Paul Wender de la universidad de Utah ha desarrollado los siguientes criterios de diagnóstico: Diagnóstico retrospectivo del TDAH presentado en la niñez.
. Diagnóstico basado en el DSM V.
. Verificar los hallazgos con la información de los padres, o los hermanos mayores.
. El entrevistado reconoce haber presentado conducta hiperactiva en la infancia.
. Acepta que presentó déficit de atención, en los primeros años de escuela.
En el adulto podemos encontrar 5 síntomas adicionales: Falta de atención, hiperactividad, cambios emocionales (de un momento a otro presenta ansiedad o depresión), irritabilidad y mal genio, baja tolerancia al estrés, desorganización en alguna (as) de las áreas en las que se desenvuelve e impulsividad como: tirar, romper, aventar, o golpear.
El pronóstico es bueno con apego al método psicofármaco-terapéutico para el TDAH y en caso de comorbilidad el tratamiento deberá ser conjuntamente con éste.
*Psiquiatra. Profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Juan Hernández Flores, Neonatologo.