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FACULTAD DE MEDICINA

DUELO EN LOS MÉDICOS

DR. JOSÉ JAVIER GARCÍA SALCEDO*

El duelo es el proceso de adaptación que sigue a las pérdidas importantes en nuestra vida. A donde quiera que se mire y en cualquier momento de nuestra vida sabemos que debemos de enfrentar pérdidas, que conlleva la sensación dolorosa de dejar o ser dejado, de separarse, cambiar, o renunciar a algo o alguien. El duelo y sus etapas se han relacionado con familiares o allegados a una persona que está enferma o que fallece. Sin embargo, ocasionalmente nos ponemos a pensar que el duelo es una constante en el personal médico, por más que tenga todos los grados académicos, mientras atienda pacientes, recuerda que existen ponderables en su pacientes que no se pueden manejar retóricamente, sólo con conocimiento, desde que el comportamiento en un sujeto es diferente, la variación del mismo sujeto en diferentes tiempos, hasta las modificaciones que a lo largo de la vida tienen los seres humanos y que les disminuye su reserva y que los predisponen a que si le falla un tejido u órgano, les fallan más sistemas o tejidos.

Cada paciente es un reto que el médico acepta porque esa es su vocación, desde el inicio evalúa la severidad del padecimiento, el entorno familiar y el medio donde están. Por leve que parezca el padecimiento siempre queda la posibilidad que la evolución del mismo no sea la esperada, y más aún si es una enfermedad aguda y el paciente tiene más enfermedades de fondo. La acción inmediata es concentrarse en el paciente y aislarse, hasta hacer a un lado todos los distractores, funcionando adecuadamente porque si recordara de algún problema no resuelto de otro paciente, descuidaría al paciente que está atendiendo. La duda real de cómo funcionará un tratamiento o la imposibilidad de ayuda total y sólo paliativa a otros pacientes llevan siempre al médico a la incertidumbre y a la presentación del duelo por la gran preocupación del médico por su paciente. Tanto en el consultorio, hospital o en el domicilio del paciente la actitud del médico es igual, proporcionar el máximo beneficio al paciente. El recorrido del duelo es no solo diario, sino que se realiza con cada paciente y se presentan las etapas con mayor o menor intensidad de acuerdo con la gravedad, evolución o desenlace del paciente a su cargo, la negación, ansiedad (y/o insomnio), rabia (¿por qué me pasa a mí?), la tristeza, la aceptación, sublimación, adaptación y reorganización. Es un proceso necesario para poder despedirse (temporal o definitivamente de un paciente) que se da en automático para poder recuperarse y volver a estar alerta en la atención al siguiente paciente al que le toca valorar.

El médico siempre tiene, tanto la empatía (se pone en lugar del paciente), como el recuerdo que también es un ser humano y que finalmente por más que estudie o realice los procedimientos adecuadamente, la respuesta del paciente es única y de seguro no determinada por el paciente, médico o familiares, sino por un ser supremo que designa el estado de salud, o terminación de los seres humanos, con una armonía tal, que nos hace pensar que como médicos debemos siempre de estudiar, aplicarnos a nuestros pacientes, pero definitivamente llevar de forma adecuada el proceso de duelo para seguir sirviendo a nuestros semejantes con humildad, responsabilidad y espíritu de servicio.

*Farmacólogo y Geriatra. Profesor de Farmacología de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.

La próxima colaboración será del Dr. Francisco Huerta Iga, Gastroenterólogo.

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