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FACULTAD DE MEDICINA

NACIMIENTOS PREMATUROS

DR. HUMBERTO SAAVEDRA VIVAR*

El embarazo es, sin duda, uno de los eventos más hermosos en la vida del ser humano. Sin embargo, en situaciones inesperadas sucede que el nacimiento se puede adelantar por múltiples complicaciones. Existen enfermedades sistémicas en la mujer relacionadas con el embarazo, como ejemplos tenemos: diabetes, hipertensión, alteraciones tiroideas, algunas colagenopatías y otras agudas como los traumatismos.

En muchas ocasiones la única manera de salvaguardar la vida del binomio (madre e hijo) es finalizando el embarazo. Pues cuando no se tiene contemplado el nacimiento del bebé, existen muchas complicaciones en el recién nacido, todo ello está relacionado con la prematurez del recién nacido. El recién nacido prematuro se puede clasificar de la siguiente manera: prematuro de menos de 37 semanas; prematuro tardío de la 34 a la 36 semanas; muy prematuro de menos de 36 semanas y extremadamente prematuro de menos de 28 semanas. Es indudable que este tipo de bebés, requiere de cuidados especiales en una unidad de cuidados intensivos neonatales, con un tiempo de estancia prolongados, ya que por tener inmadurez en aparatos y sistemas de su organismo se presentan múltiples complicaciones durante su estancia hospitalaria que resulta ser prolongada y por lo tanto muy costosa. Sin bien es cierto que en los eventos agudos es muy difícil predecir el nacimiento de un bebé, existen otros padecimientos que pueden dar la pauta a la detección oportuna y a la preparación del recién nacido cuando se sospecha que ese embarazo puede terminar de manera precoz. Existe medicamentos que se puede indicar a la madre para tratar de acelerar la madurez de los pulmones del bebé que es una de las complicaciones más serias. Sin embargo, esto no garantiza que el recién nacido prematuro esté exento de presentar otros problemas. Sin duda la prematurez es una de las preocupaciones de los familiares del recién nacido, así como de los centros hospitalarios, ya que se pueden presentar trastornos del sistema nervioso central, (cerebro), pulmones, corazón, aparato digestivo y cambios o distrofias en las estructuras esqueléticas y además, alteraciones en el desarrollo psicomotor, el lenguaje, la audición, por mencionar algunos.

México ocupa una incidencia de 7.3 nacimientos de bebés prematuros, semejante a países sudamericanos como Chile, Uruguay, Paraguay. Coahuila por sí sola ocupa un 5.3 por ciento por cada 100 nacidos vivos, teniendo como peso promedio menos de 1500 gr. Es indudable que las acciones preventivas para evitar un nacimiento antes de tiempo se den en el primer nivel de atención, con una vigilancia adecuada del embarazo, un estricto control, metabólico y de las enfermedades preexistentes en el embarazo o las de reciente aparición. Una atención integral del recién nacido prematuro, por parte del personal especializado en centros de alto nivel, será necesaria. Será responsabilidad del primer nivel de atención, un control prenatal con enfoque de riesgo; en el segundo nivel, se dará el uso de medicamentos parar retener el trabajo del parto y medicamentos para acelerar la madurez pulmonar fetal; al tercer nivel de atención le corresponde el uso de medicamentos como el surfactante y el uso racional del oxígeno, así como la identificación temprana de la retinopatía en el prematuro, y también en el tercer nivel de atención la estimulación neuromotora temprana, la detección de alteraciones, visuales, auditivas y de desarrollo motor. El nacimiento sin previo aviso del bebé tendrá múltiples y variados padecimientos que tendrán que enfrentarse en todos los niveles de atención, por ello es muy importante que las políticas públicas sean encaminadas a la detección oportuna, y la atención integra y personalizada de los trabajadores de la salud. De manera que toda paciente embarazada debe acudir de manera temprana y ordenada a las consultas de primera vez y a las subsecuentes, para realzar acciones preventivas simples, pero con un gran impacto sobre la evolución del embarazo, dentro de éstas están las inmunizaciones (vacunas), revisión dental, control de ganancia de peso, infecciones urinarias, orientación nutricional. Es importante recordar que para que un embarazo tenga éxito, tanto el macroambiente (lo que rodea a la paciente embarazada), el matroambiente (el estado de salud o enfermedad de la paciente) y el microambiente (estado del feto, la placenta, líquido amniótico, etc.) los tres, deberán tener un ambiente saludable y con ello llegar a feliz término el embarazo.

*Ginecobstetra. Profesor de Ginecobstetricia de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.

La próxima colaboración será del Dr. Isaac Montoya Hernández, Otorrorinolaringólogo.

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