DESPERTAR... ES
De corazón…
(2a. parte)
Recuerda…
Continuación…
Si nosotros que somos humanos, tenemos esas características. Pues ya me imagino a Dios que es divino, con más razón nos dará tantos beneficios sin esperar ninguna retribución. Entonces, pienso que Dios, no me da, para que le retribuya, o porque me lo merezca. Dios me da porque simplemente "me ama". Y he llegado a esa conclusión, y disfruto del amor de Dios, vivo el amor de Dios y pienso que lo que menos quiere Él, es que yo me sienta presionado, o culpable, o con la colilla entre las patas, porque recibí tantos beneficios y no se los he podido regresar.
Porque durante mucho tiempo yo me sentí así. A mí Dios me dio esto, y aquello, y la salud y el sol y los milagros y tantas cosas, y yo finalmente que puedo hacer para dar. Me sentía presionado, angustiado por no poder dar. Llegué a pensar que me decía, - "mira lo que te doy, para que te sientas más miserable" -.
No creo que me esté dando para hacerme sentir así...., "Mira yo si soy bueno, en cambio tú....", no creo que lo haga para poner en evidencia mis defectos, por mis enredos, no creo que Dios me lo haya dado para eso. Y lo veo ahora a largo plazo, y me sigo esforzando, y lo veo a Él en tantas cosas tan evidentes, muy palpables, demasiado palpables diría yo.
Por eso no platico estas cosas, pues quien me conoce podría decir, - Ricardo, si has recibido tanto, es señal de que has hecho muchas cosas buenas, señal que Dios te tiene un cariño especial porque eres muy bueno y porque eres muy esforzado y muy disciplinado -. Y eso no es cierto. Soy indisciplinado, poco esforzado... "soy agradecido" eso sí, y eso creo que lo hago bien, pues sé agradecer. Y que también sin angustiarme, pongo mi miseria en sus manos, o en una mano, para que en la otra Él ponga su misericordia. Porque de alguna manera, si no me reconozco yo miserable, tampoco puedo disfrutar de su misericordia. Puedo decirle con humildad, tú me das, aquí estoy, gracias por todo.
Pero debo reconocer que a pesar de todo lo que me da Dios a mí, soy rebelde y le cuestiono su poder, su bondad, a ese grado he llegado. Y Dios no ha hecho nada para retirarme su gracia..., no me la retira. Aunque yo le he dicho enojado y adolorido - ¿qué estás haciendo por este mundo que sufre? -. Pues trabajo para un orfanato en Jalisco. Y hay cada caso ahí, de niños abandonados, golpeado, vejados, maltratados. Recuerdo el caso de una niña que cuando yo estaba allá, estaba siempre detrás de mí, se tomaba de mi mano, no me soltaba, ella tenía catorce años de edad, pero actitudes de una niña de seis. Me contaban que esa niña llegó al orfanato directamente del hospital. Y había llegado al hospital por los golpes que le había propinado su madre, pues ésta la golpeo tanto que ella tuvo que ir al hospital. Su madre la golpeaba porque la niña no accedía a los deseos de uno de sus clientes, de no querer complacerlo de manera sexual.
La mujer recibía a estos clientes en su casa, y uno le decía, - yo ya no quiero contigo, yo quiero con tu hija -. Y la madre le hablaba, y la niña le decía, - no mamá, a mí no por favor, a mí me duele mucho, y entonces la mujer golpeaba a esta hija hasta que la dejaba desmayada, y en esas condiciones se la ofrecía a su cliente.
Yo no le creía a la niña, le decía - no seas mentirosa, como va a ser cierto eso -, entonces fui con la directora del orfanato y me dijo que sí, efectivamente eso había pasado, y veía su expediente y me decía a mí mismo... pobre niña, que no habrás vivido tú.
A un hermanito de ella, lo habían rescatado las vecinas también, porque la madre ya estaba a punto de matarlo, ya había matado al hermanito más grande al aventarle una plancha en la cabeza. Cuando ya iba sobre el más chico, fue cuando intervinieron los vecinos y lo salvaron. Cargué al niño chiquitito, yo creí que tenía dos meses, pero realmente tenía ocho, pues estaba desnutrido. Lo llevé frente a un crucifijo y le grité muy fuerte a Dios... le dije, - Tú estás muy a gusto en tu gloria, tú estás muy a gusto donde estás, pero dime, ¿qué estás haciendo por este bebe? ¿Dime que estás haciendo por él y éste que te hizo? Continuará…
¡Dios les bendice y les acoge!
Despertar… es
"La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien". Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús: "No me digas que me amas, dime cómo vives". "La familia que reza unida, permanece unida". INICIATIVA LAGUNA, un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO.
Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más de 360 artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".