DESPERTAR... ES
De corazón…
4ª PARTE
Recuerda…
Continuación…
Me senté y como soy bien averiguador, le saqué plática de inmediato, oye ¿qué libro es ése? Es el de San Juan de la Cruz ¿verdad? Pues estaba empastado igual al libro de ese título que yo tenía. -Me dijo- no!!! Es un misal ordinario. Entonces, ¿eres seminarista? No, ya soy sacerdote -respondió-. ¿Eres gringo? ¿De dónde eres? Pues se veía como extranjero. No, soy español -respondió-. Y ¿a qué orden perteneces? Y me dijo a qué orden pertenecía. Alma de los ángeles, algo así, a lo que yo le respondí -no había escuchado antes ese nombre de congregación. ¿Y cuál es la misión de ustedes? Bueno pues es hacerle descubrir a una persona, que esa persona puede convertirse en un ángel para alguien más. ¿Y cómo es eso? Mira, tú puedes hablar con una persona, pero si tú olvidas, marginas, soslayas el hecho de cómo es esa persona para ti, entonces el ángel de esa persona usa tus palabras, tu voz tus manos y le habla a la persona con la que estás. ¿Ah sí? Y me empezó hablar sobre la naturaleza de los ángeles, que eran espíritus puros y me sorprendió la forma de hablar de este personaje particular, pues las cosas profundas que hablaba las hacía muy sencillas, y las cosas que eran sencillas le daba un matiz de seriedad y de profundidad que no me había percatado antes y así transcurría el viaje, tenía un sentido del humor increíble, me platicó chistes, nos fuimos cantando. -El tiempo que se hacía de Saltillo a Monterrey en ese tiempo era más de dos horas pues había una desviación, ya que la carretera la había destrozado el huracán Gilberto. A mí se me pasó como un polvo. En el trayecto, me platicó que había estado en Saltillo y conoció a una pareja y me dio sus nombres, me dijo: él es un doctor, y él y su esposa son una maravilla. Si tienes la oportunidad de contactar con ellos después, háblales porque se pueden enriquecer mucho mutuamente. Bien -le dije-.
¿Vas a ir a misa? - me preguntó-. ¿A misa? no, -le dije-, yo voy a la escuela. ¿Así que no vas a ir a misa? -me dijo-. ¡No!, -respondí- Mmm -expresó- como diciendo ya veremos. Entre mí me decía, cómo voy a ir a misa. Terminó el viaje y llegamos a la central camionera de Monterrey y ahí me dijo -mira- siempre que me encuentro yo con alguien hago una oración, ¿quieres una oración conmigo?- claro, ¡por supuesto! Y cuando empezábamos hacer la oración y toda la gente se había bajado ya, el chofer nos dijo -Hey ustedes dos, ¿no se van a bajar? Ya nos vamos para Tampico, -no, ya nos vamos a bajar-. Nos bajamos y le dije, ¿ya comiste? No, todavía no, estaba tan rica la plática con él que decidí invitarlo a comer en el restaurante que está enfrente de la central. Vamos a comer, ¿qué gustas? ¿…chiles rellenos? No, -respondió- porque después voy andar como dragón echando humo. Bueno entremos…, nos sentamos, pedimos de comer, y cuando él bendijo los alimentos. Me le quedé viendo y tuve una sensación, a nivel certeza pero que mi conciencia me impedía aceptar, siendo una certeza interna. Dije él es Jesucristo, y me quedé así nada más, seguimos comiendo, igual mientras comíamos hablaba muchas cosas y cuando terminamos de comer dijo -bueno- ahora si quieres hacemos la oración. Claro que sí, -dije-, me pidió que cerráramos los ojos, los cerré, pero tuve que abrirlos de inmediato porque cuando cerré los ojos sentí que el piso había desaparecido de mis pies, abrí los ojos, vi el piso. Cuando vi a la gente que estaba en el restaurante, vi a la gente, pero…, no veía el exterior de la gente, su superficie…, su piel…, su vestimenta. Veía la realidad ontológica que llaman los filósofos y es la realidad del ser que va más allá de las apariencias. Entendía que esa gente que estaba ahí eran mis hermanos. Y creo que Él vio mi expresión porqué me dijo: esto que estás viendo es más verdadero que la realidad a la que estás acostumbrado, -cierra los ojos-. Cuando me tomó las manos, desapareció toda sensación, yo no sé si pasaron un año, diez, cincuenta, una eternidad, tres segundos. La sensación de tiempo desapareció en mí y me sumergí en una sensación de eternidad. Cuando volví abrir mis ojos, Él me estaba viendo y tocando. Entonces pensé -yo le tengo que preguntar si es Jesucristo- no me puedo quedar con la duda porque ya me había ocurrido algo similar siendo niño, y que entonces no le pregunté. Pero al mismo tiempo me sentía torpe y ridículo de preguntarle "¿Tú eres Jesucristo?". No me atreví, pero le comenté aquella experiencia que había tenido yo de niño.
Continuará…
Dios les bendice y les acoge.
Despertar… es.
"La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien". Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". "La familia que reza unida, permanece unida". INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO.
Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más de 360 artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".