DESPERTAR... ES
De corazón… 6ª PARTE
Recuerda…
Continuación…
Entonces tome el autobús que me llevaría de la central de autobuses a la escuela. Una vez que estaba en el autobús, yo quería abrazar a toda la gente que estaba ahí. Desde el chofer a los pasajeros a todo el mundo, tenía una sensación de comunidad, de amor, de equilibrio, de…, no he podido encontrar una palabra que defina lo que sentía en ese momento. Tenía en mis manos aquella bolsa que me dio y no la quería abrir porque quería seguir conservando esa sensación que yo tenía, de misterio… ¿qué será? me preguntaba. Pero ya también la quería abrir, porque quería saber qué tenía. Después de un momento y con la incertidumbre de saber qué contenía aquella bolsita misteriosa, me ganó la curiosidad y por fin la abrí..., y para mi sorpresa lo que contenía esa bolsita era Pan Ácimo, Pan Eucarístico. Con una fuerza y a la vez con una suavidad interna, sentí las palabras de: "Acaso no ardía nuestro corazón cuando hablábamos", y que lo reconocían en la fracción del pan, los caminantes de Emaus. ¿Si recuerdan aquel pasaje? Ese pasaje Bíblico, cuando Jesús resucitó y que se le apareció a los caminantes, y los caminantes de Emaus no lo reconocieron sino hasta que lo invitaron a cenar y El partió el pan y dijeron, -es Jesucristo-, pero en ese momento Él desapareció. Ellos reflexionaban entonces, "¿acaso no ardía nuestro corazón cuando hablábamos con Él?". Y así yo sentía, que ardía mi corazón cuando hablaba con Él. Llegué a la escuela y fui con la maestra con la que yo pensaba que tenía asesoría. Richard, ¿qué estás haciendo por aquí? Tengo asesoría con usted, pero no nos toca asesoría hoy Richard. Como no, sí... -No, hoy no nos toca-. Bueno, no importa -respondí-. Eso me encanta de ti Ricardo, que no te quejas de nada, vienes desde Saltillo hasta aquí para nada, y sin embargo no te enojas. Yo venía extasiado con mi experiencia, en aquel momento, que me importaba la asesoría. Bueno voy hablar con María Elena -me dije-, quien era la directora de la maestría para tratar algunos asuntos. Cuando llegué con ella a su oficina, me vio, bajó la vista y se quedó unos momentos en esa posición mirando como a su escritorio, entonces levantó la vista y expresó: "Normalmente cuando llega alguien a tu oficina se entabla una conversación, preguntando cómo estás, etc. Pero lo que me ha surgido en este momento al verte que entrabas fue un deseo interno muy fuerte de ir a misa. Yo nunca voy, bueno, sí voy cuando se casa alguien, pero por iniciativa propia no, sin embargo ahorita sentí la necesidad imperiosa de ir a misa, qué tienes Ricardo, porque es algo que tú traes". Y me vi obligado en ese momento de compartir con ella la experiencia que había vivido. Y lloró, y dijo, ésa es la necesidad que siento dentro de mí, de ajustar mi vida. Y la única persona que puede ajustar mi vida es Jesús. Y no es que lo entienda porque nadie me lo está diciendo, lo sé, porque lo siento dentro de mí, muy profundamente.
Después de haber estado con ella, me regresé a Saltillo. Estando allá y como me había dado Él, el teléfono de esa pareja, les hablé a ellos. ¿Eres el Dr...? Sí, ¿en qué puedo ayudarte? Pues fíjate que conocí en el autobús a Monterrey al padre Javier. Curiosamente el amigo con quien platicaba en la escuela un día anterior sobre Jesús y que era de una religión diferente a la mía también se llamaba Javier. Y el médico con quien hablaba en ese momento también se llamaba Javier. Retomando -le dije-, fíjate que conocí al padre Javier…, y contestó -ese padre está bien loco-. ¿Por qué? Pregunté, ese padre come pan duro, se acuesta en el suelo, siempre está contento... pero es buena onda. Sí, -le dije-, me habló de ustedes dos, de ti de tu esposa. Ah pues si quieres, nos juntamos y platicamos. Claro que sí -dije-. Entonces nos vemos el domingo. Era viernes por la noche cuando concertamos la cita. Está bien, nos vemos el domingo, comemos juntos. Sí, de acuerdo, nos despedimos y colgué. Al día siguiente, sábado por la mañana, me habló un amigo de aquí de Torreón pero que vivía en Saltillo. Oye Ricardo, vamos a bautizar a un niño mi esposa y yo, ¿nos acompañas? Sí, claro que sí. Entonces pasamos por ti. Pasaron por mí, nos fuimos al bautizo, salimos del bautizo y nos fuimos a la casa de ellos dos. Mi amigo se llama Julio y empezamos a platicar, sacamos las fotografías de su boda, mira te acuerdas cuando nos casamos, y todo esto, yo había ido a su boda 12 años atrás. Continuará…
Dios les bendice y les acoge.
Despertar… es
"La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien". Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". "La familia que reza unida, permanece unida". INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO.
Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más de 360 artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".