Gala. El trompetista Greg Gisbert, en compañía de su cuarteto, ofreció anoche un memorable concierto en el Teatro Isauro Martínez. (JORGE TÉLLEZ)
El concierto que ofreció anoche el trompetista estadounidense Greg Gisbert, en compañía de su cuarteto, en el Teatro Isauro Martínez, fue memorable no sólo por calidad que los músicos mostraron en el escenario, sino por la madurez de una agrupación liderada por un músico cuya colosal carrera lo ha convertido en una leyenda viva del jazz.
El quinto programa del ciclo de conciertos y conferencias New York Jazz All Stars 2016, que presenta en las región el Ayuntamiento de Torreón en coordinación con el Jazz at Lincoln Center y De Quinta Producciones, permitió ver a un músico de interpretación impecable, con gran carisma y simpatía, quien incluso saludó y presentó a su banda en español al inicio del concierto.
Un cuarteto con dos integrantes de gran madurez, el propio Gisbert, en la trompeta, y un baterista de impresionante habilidad, Tommy Campbel, quien no por nada fue integrante de la popular banda norteamericana Dizzy Gillespie. Percusionista que igual sorprendía en los suaves beats de una Canción de amor, que en unas experimentales improvisaciones donde se daba el lujo de jugar con las baquetas y cambiar de intensidad rápidamente.
Grandes momentos con prolongados diálogos tuvieron los dos intérpretes, en una mancuerna que se robó los aplausos de los laguneros en varias ocasiones, con ovaciones que reconocían el nivel de los dos jazzistas invitados al quinto concierto del ciclo en la región, para muchos el mejor que se ha presentado.
Tanto en las respiraciones cortas, como en las prolongadas de algunos altos, al momento de la improvisación, fueron dominadas con gran maestría por el maestro Gisbert. Su digitación clase maestra.
A la altura estuvo la ganadora del premio Young Jazz Composeres, la pianista Annie Booth, alumna del propio Gisbert, y que anoche tuvo una gran participación en el concierto. Como una gran intérprete y leyenda a su muy corta edad, fue reconocida por el líder del cuarteto en varias ocasiones, luego de que la joven, con un estilo fresco y una técnica precisa, tocara varios solos.
El que se ganó los prolongados aplausos y las risas del público, fue el baterista Tomy Campbel, quien bien hubiera podido llamar Concierto para cochinitos y percusiones, a una juguetona interpretación que realizó, a la cual le añadió el bullicioso sonido de una serie de animales de plástico que puso sobre su batería y de los cuales integró armónicamente su sonido a la fiesta que armó en el escenario del Teatro Martínez.
Un cuarteto al que no le podía faltar un grande en el bajo, Mike Boone, considerado uno de los bajistas de mayor demanda tanto en Filadelfia como en Nueva York. Integrante del cuarteto de Gisbert desde hace años, y con quien cerró la noche además; con una obra escrita para trompeta y bajo, encargada por el propio Greg.
Como un gran músico, el trompetista se despidió con un encore especial, el cual dedicó al que llamó un público especial, el de Torreón; y regresó el cuarteto completo al escenario para cerrar la noche con un beat que pasó de la suavidad de un nostálgico blues, a la elegancia de un jazz clásico y terminó en un estilo muy contemporáneo, pero de fácil lectura.
Así, la leyenda, que ha compartido escenario y grabaciones con músicos como Tony Bennett, Bobby Short, Mel Torme, David Bowie, Stevie Wonder e incluso Lady Gaga, se despidió del público lagunero, bailando, con su trompeta en mano y escoltado por un selecto grupo de amigos, como él mismo los definió, que comparten con él una pasión, el jazz.
Experiencia de un grande
Durante la master class que ofreció ayer a estudiantes de música laguneros en el Teatro Isauro Martínez, el trompetista estadounidense Greg Gisbert, no sólo recordó sus inicios en la música y narró algunas de sus experiencias a los asistentes, sino que, con la grandeza de los grandes y una gran actitud generosa, subió a varios de los jóvenes que asistieron y los invitó a tocar con su agrupación.
Para hacer buena música hay que sentirla, dijo el músico que ha grabado con personalidades de la talla de Frank Sinatra, Stevie Wonder, Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald, Tony Bennett, y durante casi dos horas, compartió con los jóvenes laguneros su forma de hacer jazz.