Feliz Navidad ¿en noviembre?
El calor pareciera implacable y el ambiente veraniego aún se puede sentir, pero en las grandes tiendas, centros comerciales y las tiendas de la ciudad ya “bombardean” con las ventas navideñas. Pinos, esferas, renos, luces, regalos, regalos y más regalos, se encuentran ya en todas partes.
La presión está presente, pues pareciera que obligaran a las familias a comenzar a invertir en los obsequios, en pensar en qué cenar para la Noche Buena, a quién invitar, en un sinfín de cosas para sentir el clima navideño con varias semanas de anticipación.
Pero, ¿qué hacer para no entrar en pánico? El psicólogo Alejandro Monreal, del Grupo Miranda Psicología Especializada, explica que la solución más inmediata y que ofrece una solución superficial al problema, tiene que ver con la planeación anticipada de las compras, incluso tener una “caja chica” en la que se guarden los fondos para la temporada navideña; sin embargo, los cambios verdaderamente relevantes suceden cuando se trabaja lo profundo.
“Habría que preguntarnos ¿cuál es la necesidad inconsciente de castigarnos y realizar las compras en vísperas de Noche Buena?, o bien, ¿necesito regalar algo para sentirme aceptado? Hay un dicho entre psicólogos que dice que ‘entre más costoso es el regalo, más grande es la culpa’ ¿Estaremos intentando resolver un conflicto emocional a través del obsequio de tal o cual objeto?”, comenta el especialista.
Lo más recomendable, dice, es detenerse a reflexionar un poco sobre la particularidad del caso. ¿Realmente es algo que nace del corazón y de la posibilidad? En muchas ocasiones, la expectativa no es de quién recibe el presente, sino de quién lo entrega.
Con los niños sucede lo mismo, si un niño condiciona el cariño hacia sus padres es porque así lo aprendió de ellos y en ningún caso es de suma necesidad que un niño reciba un regalo con un valor de algunos miles de pesos.
“Si ya lo ha reflexionado, y los problemas anteriores no son parte de tu conflicto, intenta pensar claramente sobre por qué dejas todo para el final, a veces, la gente llega tarde u olvida cosas por cuestiones inconscientes: sienten que deben ser castigados (porque fallan y no encuentran lo que deseaban regalar, es como un autoreproche), o bien porque el quedar mal está contribuyendo a reforzar un rol familiar establecido desde muy temprana edad”.
Pero ¿cómo sortear emocionalmente el sentirse presionados?, Monreal, comenta que la forma en que el mexicano lidia con sus emociones es evitándolas o posponiéndolas. A veces la gente sacrifica su economía para no lidiar con la frustración que siente al no poder comprar el regalo que tantas veces le ha pedido su hijo o su esposa.
“Aunque parezca raro, el mexicano prefiere sentirse mal económicamente en vez de sentirse mal emocionalmente. Es una dinámica muy extraña, pero así hemos estado funcionando por más de 500 años, sobre todo acá en el norte del país. La respuesta a la pregunta sería, darnos la oportunidad de lidiar con la frustración, quizás eso nos lleve a reunirnos más con nuestros seres queridos desde el momento en que necesitamos sentarnos a la mesa y discutir qué regalos sí se pueden sortear y qué otros no tanto”.
Deja de sentirte mal
Menciona que para no caer en una depresión anticipada por la falta de dinero o por extrañar a las personas queridas pero que ya no están en este mundo, sería necesario charlar con uno mismo. “Y después con nuestros seres queridos, para tener una visión más clara con respecto al problema. Quizás, la expectativa sea más bien de quien regala y no de quien recibe. Hay que entender que la Navidad es un fenómeno (si quiere verse así) socio-cultural, y desde hace un tiempo, también es un fenómeno económico y mercadológico”.
Por cuestiones de contexto, se le ha dando mayor importancia a los dos últimos aspectos y se deja de lado la parte social y cultural, mismas que podrían aprovecharse para unir a las familias, ya que no implican un gasto económico tan fuerte como la compra de regalos para todos los integrantes.
Con respecto a las personas que ya no están en la tierra, explica que el manejo de la pérdida en el norte del país tiene un manejo negativo y desalentador, que suele despertar sentimientos de culpa y de tristeza en esas fechas tan importantes. “Habría que ver qué fue lo que nos enseñó nuestra familia en relación con la muerte y las pérdidas y preguntarnos si en realidad es algo con lo que nosotros estamos de acuerdo”.
En muchos de los casos, el psicólogo comenta que la gente llora porque le enseñaron que tenía que llorar, incluso llegan a sentirse culpables si no lo hacen, pues es un mandato familiar (inconsciente) muy arraigado. Por lo que señala que a estas alturas, a cada persona le corresponde formar su propio esquema para interpretar las experiencias que se viven en el día a día, “es nuestra responsabilidad”.
Bájale al estrésPasar unas felices fiestas está en tus manos, algunos consejos son:
*Si trabajan mucho, procuren pasar más tiempo con su familia, incluso antes de Noche Buena, Navidad o Año Nuevo.
*Procuren planear juntos qué actividades van a realizar, involucren a sus hijos en la puesta del árbol y la ornamentación de la casa. Hay muchas historias, cuentos y novelas alusivas a tales fechas que pueden compartir con sus hijos y familiares. Todo depende de la creatividad y la disposición de cada familia.
*Si existieran dificultades que no pueden ser sorteadas por alguno de los miembros de la familia, o por la familia en general, lo más conveniente es que busquen ayuda profesional, para que la Navidad y demás fechas puedan empezar a disfrutarse y dejen de ser una piedra en el zapato.