Murió Fidel Alejandro Castro Ruz, uno de los últimos líderes del siglo XX; hombre controvertido, odiado por muchos, admirado y hasta adorado por otros, y emblema de la lucha contra el "Imperialismo Yanqui" en el mundo.
Nacido en 1916, en el poblado de Birán, de la provincia de Oriente, Cuba, tuvo una infancia feliz y en comodidad al ser hijo de un rico hacendado, Ángelo Castro Argiz, español inmigrado, quien de analfabeta pasó a la riqueza; y de Lina Ruz González, de ascendencia española.
Luego de sus primeros estudios, al mostrar particular capacidad intelectual, fue enviado a Santiago de Cuba; después, en 1934, ingresó en el colegio Lasallista de Santiago y luego, en 1939, al Colegio Jesuita de Dolores. Es claro que en ambas instituciones fue donde recibió los estímulos necesarios para desarrollar el sentido de lucha por la justicia social y empezar a imaginar la defensa de los pobres en la isla.
En 1942, ingresó al Colegio de Belén de La Habana, donde sobresalió como deportista y a partir de 1955, estudió licenciatura en la capital -derecho, diplomacia y ciencias sociales- graduando en 1951, profundizando en sus lecturas humanistas, hasta participar y luego chocar ideológicamente con los líderes de la Federación Estudiantil Universitaria de La Habana.
Tuvo participación en movimientos de justicia social; en el reclamo de destitución del dictador dominicano Rafael Trujillo y formó parte de la Invasión de Cayo Confites, para derrocarlo; en 1948 fue enviado a Colombia como delegado de la FEU a la IX Conferencia Interamericana. Así, sumaba experiencia política y empezaba a definir su postura de lucha en el mundo.
En junio de 1952, se presentó por el Partido Ortodoxo como candidato a la Cámara de Representantes del Congreso Cubano, pero el golpe de estado del general Fulgencio Batista, -apoyado por Estados Unidos derrocó al Gobierno de Carlos Prío Socarrás y anuló las elecciones. Ese fue el estímulo final para que Fidel buscara la independencia de su isla y empezara a planear el Asalto a Moncada -1953- siendo derrotado.
Luego de dos años de prisión viajó a México, a encontrarse con amigos y empezar a planear un nuevo ataque a la dictadura de Batista.
El 2 de diciembre 1956 logra penetrar a la isla y desde la montaña lanza la guerra de guerrillas que finalmente le lleva al poder, para iniciar una enconada lucha contra el dominio de Estados Unidos desde donde trató de derrocarlo. Se dice que por medio de la CIA, llegan a planear su muerte y se habló de 600 diferentes intentos.
Desde 1958, recrudeció un período de resistencia cubana contra los repetidos ataques de Estados Unidos, que insistían en destituirlo.
El extremo fue el intento de invasión de Bahía de Cochinos, también conocida como invasión de Playa Girón, operación militar en que tropas de cubanos exiliados, apoyados por el ejército, intentaron invadir la isla en abril de 1961, siendo derrotados, obligando al gobierno estadounidense a pagar 51 millones de dólares como rescate de soldados hechos prisioneros.
No olvide la crisis internacional provocada en 1962, entre los Estados Unidos y la URSS, que con la aceptación de Fidel, Nikita Kruschev intentó instalar bases militares en la isla, llevando al límite de la guerra a Robert Kennedy, cuando un avión espía norteamericano fotografío la instalación de silos nucleares en la isla.
El cerco económico impuesto a Cuba, tampoco pudo romper la postura revolucionaria y sólo hasta últimas fechas empezó a abrirse un camino para tener relación binacional, que culminó con la aceptación de aperturas de embajadas y vuelos entre ambos países.
Si bien es cierto que Fidel fue un dictador implacable, quien actuó con dureza ante sus adversarios, también es símbolo de la defensa de la autodeterminación -habiendo puntos de vista encontrados- y la lucha por la igualdad, aún cuando hizo padecer hambruna y limitaciones a los habitantes cubanos.
No todo fue negativo: su apoyo al desarrollo de la ciencia médica es reconocido en el mundo, aunque el pueblo no haya recibido todos los beneficios; y la educación de los cubanos es innegable, aún cuando sus detractores hablan de "facilidades geográficas de la isla para lograrlo".
Tal vez fue el último paladín del sistema comunista como forma de vida y la inspiración de otros latinoamericanos, aunque éstos no cuenten con las capacidades intelectuales de Fidel -piense en el triste desempeño de Evo Morales o Nicolás Maduro- que solamente han logrado empobrecer y hacer sufrir a su pueblo, sin beneficios evidentes y con repudio de las mayorías.
Nos deja como herencia sus ideales de nacionalismo y deseos de igualdad de los seres humanos, con frases inmortales como "Para atrás ni un paso, ni aún para agarrar vuelo"; "Luchar por una utopía es en parte construirla"; "Condenadme no importa, la historia me absolverá"; y otras más, motivadoras para espíritus libres.
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