Cada año en la temporada de verano, la queja ciudadana generalizada es la falta de agua, producto del obvio incremento en la demanda del vital líquido, sencillamente por el calor es inherente a la condición geográfica de la Comarca Lagunera.
Estas repetidas condiciones hicieron que la presente administración municipal de Torreón encabezada por el alcalde Miguel Ángel Riquelme Solís, se aprestara a recomponer el desastre en que en el cuatrienio anterior había convertido al organismo operador del agua citadino, el Simas, la presidencia municipal de Eduardo Olmos, (2009-2013) que había dejado al organismo en insolvencia financiera y con una incapacidad operativa para cumplir su función esencial: dotar del vital líquido a los hogares, comercios e industrias de la ciudad.
El Simas ha sido siempre visto por los oportunistas del momento como un botín en donde enriquecerse. La propia naturaleza monopólica para proveer el agua le da un enorme margen de utilidad bruta; su condición de empresa paramunicipal le da cierta autonomía de gestión; son circunstancias que han permitido a bribones amasar considerables fortunas en pocos años. Esos casos se conocen en círculos sociales.
Pero más allá de que es conocido que el Simas ha sido acosada por una caterva de ladrones, la empresa hoy vive y afronta las condiciones ya mencionadas simplemente por la época del año. Centenares de quejas de personas que señalan o no contar con agua, o que la presión de la red de distribución es bajísima, es el pan de todos los días, y es un problema en que se debe seguir trabajando para resolverse; no está solucionado.
Es cierto que en lo que va de la presente administración, el Simas ha perforado 20 pozos nuevos para incrementar la disponibilidad del agua, y que en ello se ha invertido más de 400 millones de pesos. Cierto es también que la situación financiera de la paramunicipal dista mucho de las condiciones en que ésta se recibió el primero de enero de 2014, fecha de inicio del mandato del alcalde actual, pero todavía hay retos por delante, Simas aunque mejor, dista de ser una empresa modelo. Basta recordar que del 100 % del agua que extrae sólo se factura el 35 %: ¿dónde queda el resto?, mucha de ella se pierde en una red arcaica y obsoleta, otro tanto en colonias populares y otro más en cientos de tomas clandestinas o sin medidor.
Todo esto viene a cuento por el reciente episodio del duelo verbal que están protagonizando el propio gerente de Simas, Xavier Herrera Arroyo y el presidente de Canacintra, Eugenio Treviño, miembro del Consejo de Administración del propio Simas. El diferendo entre estos dos personajes se da por los acres señalamientos que el segundo le hace al primero justamente denunciando la carencia en el suministro del agua. Eugenio Treviño dice que en las oficinas de la propia Canacintra y en la guardería que esta cámara tiene en la zona industrial tienen ese problema.
Ante ello, Herrera Arroyo revira virulentamente y acude personalmente a las oficinas citadas y bajo un video, muestra que el aserto de Treviño es falso. Además señala a Canacintra de no pagar el agua en la guardería que ellos administran y de la cual Eugenio es el presidente. Todavía va más allá el gerente de Simas; acusa a Treviño de que su negocio particular es proveedor del organismo del cual es consejero, a lo que Treviño niega ser proveedor al no estar en el registro del Simas de ese rubro.
Parecería entonces que el fondo del encontronazo entre Treviño y Herrera pudiera ser por ciertas cuestiones nacidas por la posición de cada uno de ellos, o incluso por una rivalidad personal entre ambos personajes; pero no deja de sorprender el comportamiento de Xavier Herrera, quien es un funcionario público y como tal, debe estar dispuesto a tener una posición de mucho más prudencia y tolerancia, no la actitud como con la que se está comportando, que no es otra como la que a veces su jefe el alcalde Miguel Riquelme asume contra un cierto sector de sus críticos.
Flaco favor le hace Xavier a su amigo (es conocido que Riquelme y Herrera son cercanos), pues si sigue en esa postura pendenciera, sólo le complicará el camino que tiene ya casi allanado rumbo a la candidatura del PRI al gobierno del Estado.