Faltan menos de cuatro semanas para las elecciones locales de este 2016 cuando se elegirán a doce gobernadores, a unos 400 diputados locales y a aproximadamente mil alcaldes en el país.
Lo que ocurra el domingo 5 de junio en las urnas seguramente se reflejará en el ánimo político del país y en los comicios presidenciales del 2018.
No son poca cosa estas votaciones porque se trata de renovar a más de un tercio de los mandatarios estatales que a querer o no influirán de manera decisiva en el final del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Son varias las entidades que serán seguidas con lupa por la opinión pública ante la guerra sucia y mediática que se ha desatado en la recta final de las campañas.
En primer lugar, está Veracruz uno de los estados más priistas de la República Mexicana que está a punto de ser arrebatado por el partido blanquiazul. Los primos hermanos Héctor y Miguel Ángel Yunes se disputan la gubernatura en una de las campañas más sórdidas y perversas que se recuerden.
Uno de los dos relevará al gobernador tricolor Javier Duarte, considerado uno de los peores mandatarios en la historia veracruzana, un estado que fue cuna de priistas destacados como Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines, Fernando Gutiérrez Barrios y Miguel Alemán Velasco, entre otros.
Un triunfo de la oposición en Veracruz -ya sea Acción Nacional e incluso de Morena por conducto de su candidato Cuitláhuac García Jiménez--, catapultaría al partido ganador hacia las elecciones presidenciales por la tradición e influencia de dicha entidad en el ánimo nacional. Veracruz es el tercer estado en número de votantes del país.
En las últimas semanas se ha desatado una verdadera guerra de encuestas en donde un día sale el PRI arriba y al otro día el PAN, pero hay una constante que todas las casas entrevistadoras consignan: el innegable avance de Morena a niveles cercanos al tricolor y al blanquiazul.
Chihuahua es el segundo territorio de importancia en disputa por parte de las fuerzas políticas. Aunque esta entidad ya ha sido gobernada por el PAN, una derrota del candidato del PRI, Enrique Serrano, sería vista como un serio retroceso para el partido en el poder.
La ventaja en las encuestas de Serrano sobre el aguerrido aspirante del PAN, Javier Corral, es amplia y parece definitiva, pero en las últimas semanas podría ocurrir cualquier cosa si se descuidan los cierres finales de campaña.
Puebla es la manzana de la discordia, el PAN mantiene el poder y hará hasta lo imposible por conservarlo por conducto de su candidato José Antonio Gali Fayad, un político con trayectoria local a quien se le considera el alfil del actual gobernador Rafael Moreno Valle.
Blanca María del Socorro Alcalá, exalcaldesa de Puebla y exsenadora, es la candidata de la coalición PRI, Partido Verde y Encuentro Social. La experiencia de Sonora podría repetirse en Puebla si los panistas caen en la arrogancia y la vanidad.
Tamaulipas y Sinaloa, por sus dimensiones económicas y políticas, representan la cuarta y quinta elección en importancia, respectivamente. Son además los estados en disputa que concentran el mayor poder del narcotráfico.
Las coaliciones del PRI dominan en ambas entidades y al momento se vislumbra muy remoto la posibilidad de un triunfo del PAN, PRD o Morena.
Se dan como virtuales ganadores a Baltazar Hinojosa Ochoa, tres veces diputado federal y exalcalde de Matamoros; así como a Quirino Ordaz Coppel, también diputado con licencia y quien dejó en el camino a connotados priistas sinaloenses.
Una derrota dolorosa para el PRI podría ocurrir en Quintana Roo en donde el candidato de la alianza PAN-PRD, Carlos Joaquín, aventaja en las encuestas al priista Mauricio Góngora. Joaquín es medio hermano nada más y nada menos que de Pedro Joaquín Coldwell, uno de los hombres más cercanos a Enrique Peña Nieto.
Por último no pueden descartarse los posibles triunfos de Morena en Zacatecas por cuenta del candidato David Monreal y en Tlaxcala del PRD por su abanderada Lorena Cuéllas Cisneros, senadora con licencia.
En suma de las doce gubernaturas el PRI tiene casi seguras Tamaulipas, Sinaloa, Oaxaca, Hidalgo, Chihuahua, Aguascalientes y Durango. El PAN iría por Veracruz, Puebla y Quintana Roo, mientras que Morena se llevaría Zacatecas y Tlaxcala sería para el PRD.
Hagan sus apuestas señores que esto se pondrá color de hormiga conforme se acerca el primer domingo de junio.
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