No más ‘Chapo’ y sus historias
Todavía me provoca risa y vergüenza, en aquel instante pensé que era parte de una ficción natural, de ese tipo de historias tan nuestras que se inventan con el único propósito de caer en percepciones. Sorprendida, era posible, tan posible de que un narco, una actriz sugiriente (palabra dícese de sugerir, sugerencia o para ser sugerida) y un actor gringo; o sea el ‘“Chapo’, Kate del Castillo y Sean Penn”. Pues sí y como de que no; uno, dos o los tres se provocan una entrevista o se hacen una entrevista o se conocen o se reconocen el caso fue que aquello como se quiera llamar había sido publicado en la revista “Rolling Stone”.
No sabía si realmente era una broma, quizá todo era una parodia informativa de un sitio web pensé, hasta que al límite del “enter” de la computadora supe lo que pasaba, la lectura era más que clara, obvia, de la revista, sin truco o truculenta, la nota no podía ser más que detallosa según la narración del gringo-, llena de peripecias y hasta aventurera y riesgosa además. El encuentro con el capo fue como el grito de Dolores, resonó en nuestro país y en el extranjero. El repaso de lo afortunado o desafortunado de una entrevista y un video elaborado por el valiente “Penn”. Del “Chapo”, tuvimos su huida, su captura, su omnipresencia, su hoguera de vanidad, sus corruptelas sus tratos y maltratos, sus aparecidos y desaparecidos.
Y de la autoridad la expresión en todas sus gamas, de todas las fuerzas del Estado con todo aquello que pareciera que fuera su única verdad que fue la gran celebración de la captura anunciado con toda la carcajada de la historia. Uno de los hombres más buscados del mundo, a quien ni el gobierno mexicano ni el de Estados Unidos habían encontrado, solicita que le hagan una película sobre su vida. Los comentarios en redes sociales y de periodistas desfilaron en todos los tonos; moralistas, de burla, de ofensa o de ironía. Inquietantes publicaciones, acertadas, desatinadas, izquierdas, derechas sin fin. Era pues inevitable la exhibición, la burla para el gobierno mexicano, que buscaba al capo sin éxito mientras que aquellos planeaban, hasta de tomar tequila. Para replantear: simplemente en toda situación donde el juego de dimes y diretes vuelve loca a la opinión pública y pareciera que se entiende mejor que vengan los de afuera para crear conciencia de los usos y costumbres de nuestra cultura, sin tacto, pero sí con la poca sensibilidad y en el intento de reproducirlos o describirlos se crea sólo aún más un escenario de prejuicios y clichés.
Molesta, molesta mucho hacer de un narco un genio y figura, molesta la realidad de la ficción, (donde empieza y en donde termina sin duda un viaje astral), molesta creerle a un salvador gringo, molesta la cobertura, la sobreinformación, molesta caer y otra vez caer en controversias. Darse cuenta, una vez más, del reforzamiento del estereotipo y de todos sus rasgos, el reconocimiento del modelo de éxito de un ser humano, -más humano que nunca-.
El asunto es, de quién será el mérito esta vez, quién se llevará el trofeo de la decencia, gobierno o sociedad, a manera de hacer lo que se debe, pasaporte de emergencia, inmunidad para no atrapar conciencias, hacer declaratoria de que los asuntos de México se quedan en México, -al menos para no pasar vergüenzas-, por lo pronto ya no más “Chapo” a descansar en paz para dormir tranquila… hasta aquí llego.
Patricia González,
Torreón, Coahuila.
