La Laguna: territorio villista
A poco de cumplir ciento y cinco años, la Comarca Lagunera huele a la Revolución Mexicana. Ya sea en los nombres de colonias, calles y avenidas, La Laguna nos remite en cada rincón a este tiempo. Nuestra región pareciera contarnos una historia donde caballos, fusiles y cañones convergen para dirigirse hacia nosotros en un gesto de batalla que nos remite a la División del Norte y la mítica imagen de Francisco Villa a caballo sobre el Cerro de la Pila, sin embargo el poco conocimiento de estos hechos, el convertirlos en calles, en colonias, ha hecho que la revolución en La Laguna muera poco a poco.
Nuestra región cuenta con un sinnúmero de plazas y otro tipo de lugares que hacen homenajes a este período histórico, en Lerdo contamos con el Árbol de la Horca donde algunos sublevados fueron ejecutados tras la toma de GómezPalacio así también como la Hacienda de la Loma, en Torreón existe un museo temático de esta gesta, y Gómez Palacio, quizá como el menos agraciado en materia de patrimonio histórico posee el monumento en el Cerro de la Pila.
Esto último poseemos en patrimonio histórico en alegoría a la época un valiosísimo recuerdo de laguneros que lucharon por mejores condiciones de vida y libertades, algo que desgraciadamente a los de ahora nos parece olvidar de poco en poco. Hoy al preguntarles a los ciudadanos acerca del acontecimiento, se vuelve decepcionante el poco o nulo conocimiento del hecho, y es que el lagunero no sabe de historia, se la han contado; mas como no le interesa, son cosas que pasaron hace mucho y nadie sabe.
La Revolución Mexicana desde sus inicios tuvo un fuerte impacto en nuestra región, desde que el general Agustín Castro decide tomar la comandancia de Gómez Palacio el 20 de noviembre de 1910, y se deja entrever que La Laguna tendrá un papel preponderante en la lucha. La razón de la importancia de la Región Lagunera en la Revolución se debe en gran parte a su ubicación estratégica donde las vías férreas aseguran una gran movilidad a quien dominara la plaza, la segunda es que La Laguna es cuna de un buen número de hombres que desde el maderismo adoptan el agrarismo como su bandera y se lanzan a la lucha, y la tercera es su economía basada en el algodón que vuelven a La Laguna en una región rica, por todo esto y luego de dominado Chihuahua por Villa se sabe que lo que sigue es Torreón.
Sabemos por muchas referencias, pero en especial por las crónicas de John Reed que a finales de marzo Villa llega a las afueras de La Laguna tomando posición por posición, primero Tlahualilo, Bermejillo, Sacramento (hoy Gregorio García), La Loma, El Vergel, San Ramón, entre otras comunidades y que luego encontró férrea resistencia en Lerdo y Gómez Palacio.
En estas crónicas del libro México Insurgente, se deja ver que lo más difícil fue la toma de Gómez Palacio en donde los federales al mando de José Refugio Velasco convirtieron al Cerro de la Pila en su bastión. Es bien sabido que ante tales dificultades el General Villa decidió hacer un ataque nocturno y es ahí cuando las tropas federales deciden huir a San Pedro de las Colonias donde son finalmente derrotados.
Esta batalla aunque no lo parece, se vuelve decisiva y permite que en cuestión de tres meses Huerta sea depuesto. Valdría mucho la pena que como laguneros valoremos nuestro patrimonio histórico, y por qué no, aprovecharlo turísticamente como vía para atraer turismo a la región como se hace en Chihuahua y Zacatecas por mencionar algunos ejemplos.
Más aún se requiere con urgencia el revivir nuestro valor como zona revolucionaria darle el lugar que merece La Laguna en la historia, acciones como la restauración de la Hacienda de La Loma, y un museo en Gómez Palacio parecieran darle realce, pero en sí se necesita que los laguneros, sepamos, valoremos y promovamos orgullosamente, que La Laguna es territorio villista.
Jorge Luis Estala,
Gómez Palacio, Durango.