Para cruzar fronteras
Ellos cargan sus mochilas: te buscan, se aproximan si los reconoces prefieres evadirlos, habitualmente nuestro comportamiento es de rechazo, tal vez porque nos parecen ajenos, incómodos y vividores. Los inmigrantes indocumentados de paso o semipermanentes en contra de su voluntad forman parte ya de nuestro contexto social, son comunidad pertenecen a los grupos de minoría (ahora ya clasificados en los niveles de vulnerabilidad social), fieles representantes de la economía del submundo o del subdesarrollo o en vías de crecimiento (el término es lo de menos).
Deambulan entre las calles, semáforos en rojos y restaurantes, se confunden y se dispersan con los de aquí, aquellos en condiciones sociales parecidas. No necesitas ser un experto en cultura para identificar sus rasgos peculiares de sus países de origen. Cuesta mucho o poco confiar en ellos sobre todo porque el que la hace; las llevan y las pagan todos y más cuando eres señalado por toda una sociedad que busca culpables. Las vertientes de su problemática aumenta porque no va sola se acompaña de argumentos, de hambre y violencia, de aquí y de allá. Los proyectos de ley que abordan el tema, no han logrado tomar impulso debido a un estancamiento general sobre las políticas de inmigración. Salen de su ciudad guiados únicamente por su intuición no siempre viajan solos, a veces es un éxodo de toda una familia, durante la travesía deben tomar decisiones drásticas porque la suerte los abandona, deben olvidar sus sueños, sus motivos iniciales de su partida para ser ocupadas por ausencias, desesperanza, olvido y dolor. A pesar de las complicaciones de perseguir el sueño americano la balanza es a favor del sacrificio para después disfrutar de una mejor calidad de vida, eso es lo que se piensa, se cree y se fomenta en un ambiente repleto de hazañas vertidas entre vivencias casi heroicas de aquellos que se fueron y lo lograron.
Un panorama general emitido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante el año fiscal 2015, que concluyó el 30 de septiembre pasado, señala que se efectuaron 235,413 operaciones migratorias, de las que 227,038 eran deportaciones y 8,375 fueron retornos voluntarios de indocumentados que prefirieron regresar. Según el informe, volvieron a su lugar de origen inmigrantes indocumentados procedentes de 181 países, en su mayoría de México (146,132 ), seguido por Guatemala (33,249), El Salvador (21,920), Honduras (20,309), la República Dominicana (1,946), Ecuador (1,305) y Colombia (1,154). En los últimos meses, expertos en migración han atribuido el descenso del número de llegadas de centroamericanos a Estados Unidos a un mayor número de deportaciones desde México. Sociedad Civil y Gobierno debemos hacer fusión para y no contra ellos, requieren atención y no demagogia, ayuda y no represión porque para juicios y percepciones se emiten de sobra y de nada sirve, al contrario sólo entorpecen las acciones, no necesitan más estigmas de los que ya cargan.. y todavía lo que les espera.
Patricia González.
Torreón, Coahuila
