Descomposición social
La descomposición del tejido social empieza en las personas dentro del seno familiar.
La reconstrucción del tejido social por lo tanto debe empezar con las personas dentro del seno familiar.
El vehículo educador por excelencia a pesar de lo que se pueda decir, dentro del seno familiar todos sabemos que es la televisión, dado que toda la familia se sumerge sobre todo los niños en este letargo hipnótico de la televisión. También sabemos que hoy por hoy este artefacto está incumpliendo ampliamente con esta responsabilidad social.
La calidad de los programas es exclusivamente marcado por el medidor de ventas llamado “rating”. Todos sabemos que el mercado principal son los ochenta millones de personas más amoladas de la nación. Y la prueba es que hasta la tele les regalaron con motivo del apagón analógico.
Es totalmente irresponsable y cruel introducir en el seno familiar de hogares de muy modestos a extremadamente pobres, programas donde salen unos señores con texana y bota vaquera en carrotes, en casotas, y con mujeres despampanantes, que estos niños en su entorno ni siquiera se imaginan y de alguna forma se percatan que aquellos ensoñados lujos salen de las grandes pistolas y rifles de traficar droga y matar personas.
Esos niños adquieren tal impacto en su inocente conciencia que saben que el único camino para poder aspirar a salir de donde están, deben hacer todo y más de lo que aquellos actores realizan. Habrá quien diga que son en horarios donde los niños duermen, es esto tan tonto como el programa mismo, por que los niños acaban viendo lo mismo que los adultos, y lo más triste es que estas personas aun adultos tienen su mente tan doblegada por la pobreza y la desesperanza que también lo toman como ejemplo a seguir.
Luego el canal de las bandas, verdaderamente es una música que en sí misma exacerba los sentidos y produce euforia, aderezada con una letra donde se incita al sexo y a la violencia, además de una vestimenta vistosa y muy cara, que un salario nunca podrá comprar, personas que en actitud retadora se jactan de ser en resumen antítesis de un ejemplo de buen vivir, jamás sus letras enaltecen el trabajo digno y honesto y al buen padre y esposo que cuida su hogar y educa a sus hijos, son exactamente lo contrario.
Oiga usted, y el presentador o presentadora haciendo alarde de voz además de golpeada, insultante y retadora que los convierte en unos verdaderos patanes, por supuesto en sus videos jamás se ve una casa modesta o un carrito de trabajo, ni una mamá trabajadora o señora obrera, también son puros lujos, casotas, carrotes y mujeres despampanantes, que un salario de trabajador jamás podrá aspirar, por lo tanto, pues le dice hipnóticamente este diabólico aparato, “búscate compañero, un trabajo ‘correcto’ que te dé para ‘esto’ y más”.
Y en este canal de bandas no hay horario porque es todo el día. Y si continuamos con novelas pues más o menos seguimos en lo mismo, es decir, podemos reducir a demasiados programas que no sólo no educan, sino que lleven a la descomposición social.
Claro que las personas que tienen un mejor gusto pues le cambian o le apagan al aparato y dicen: “a mi persona y familia estos programas no me afectan por lo cual no me interesan”, sin darse cuenta que sí están influyendo en muchos hogares y que de ahí saldrán los jóvenes a delinquir, y así, sin darse cuenta que hoy toda la sociedad está siendo golpeada por los robos, extorsiones, secuestros y demás linduras.
Continuamente nos preguntamos y escuchamos la expresión de reconstruir el tejido social, pues empecemos por reconstruir la programación de las televisoras. Y por amor de Dios, que alguien regule a estos “empresarios” de las televisoras.
Arturo Pedro Salas Juárez,
Torreón, Coahuila.