Sol de Oriente: para muestra un botón
Si en alguna ocasión el destino lo lleva a caminar por las calles del sector Sol de Oriente, mismo que colinda con el municipio de Matamoros, se dará cuenta de que es un verdadero botón de muestra, un claro reflejo de lo que puede apreciar en toda la ciudad de Torreón, a saber; calles sucias, pavimento destruido, bardas e inmuebles grafiteados, verdaderas jaurías salvajes de perros callejeros y/o abandonados muertos en los predios llenos de basura y hierba crecida: “Con las piernas al aire, como una mujer lúbrica,/ardiente y sudando veneno /abriendo de un modo negligente y cínico/su vientre de exhalaciones lleno”; Charles Baudelaire dixit.
En fin, un abandono total y lacerante de una de las principales razones por la que se elige la administración municipal en turno y un compromiso moral y social que ésta debe tener para con la ciudadanía que representa: el orden, la seguridad y la obra pública.
Pareciera que están más ocupados en organizar eventos masivos que palíen por un momento o cubran de manera efímera los yerros presentes o pasados de las administraciones federales, estatales o municipales.
Se les olvida que el juicio de la historia es imborrable y lo que hagan o dejen de hacer ahora, se quedará en la agenda regional como huella imborrable de su estilo y sello particular para gobernar.
Si a nivel nacional el tema es la corrupción de nuestras autoridades, a nivel local y regional es el abandono, el desdén y la falta de interés para resolver los problemas de inseguridad, de infraestructura y en general de orden que nuestra ciudad reclama. Ejemplos hay muchos: delitos y secuestros a la alza, parques abandonados, basura, calles destrozadas, etcétera.
Aquí le recordamos a la actual administración las palabras que Cicerón dirigió a Catilina, el rey del soborno y la coerción, y que ahora cobran vigencia inusitada:
“Cosque tándem abutere Alcalde patienta nostra?,
¿quam díu etiam furor iste tuus nos eludet?,
¿quem ad finem sese efreneta jactabit audacia?”
“¿Hasta cuándo, Alcalde, abusarás de nuestra paciencia?,
¿hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros?,
¿cuándo acabará esta desenfrenada audacia tuya?”
Héctor Almaraz,
Torreón, Coahuila.
