No fue penalti
Tal parece que la frase “no fue penalti” tiende a embriagar a la pasión futbolera. Es una de las mejores muletillas de liberación y frustración emocional en la cancha deportiva. Sobre todo cuando los seguidores de un equipo, elevan en lo más alto sus expectativas de triunfo para su equipo. Ya, que en ese mismo deseo genuino de triunfo; cundo se pierde, por una buena o mala marcación; en esa misma medida, se da el alto grado de frustración. Que, al no ser bien manejada, es cuando aparecen las muletillas: “no fue penalti” “nos robaron” “se vendieron” es cuando asoman las sombras de la victimización y consecuentemente, también, aparece el más lastimado de los jugadores: el número 12 esa irreflexible masa candente, que ante la falta de orden y de justicia en la cancha, también crea sus propias formas de lamentación y linchamiento, muchas de las veces con funestas consecuencias. Porque en sus entrañas trae herencias de injusticia y frustraciones muy parecidos a los futboleras, y que son los escenarios políticos; donde se permite de todo: fingimientos, golpes bajos, fraudes históricos, se hiere física, moral y mortalmente; se denigra, se actúa, se miente, se corrompe, se tranza y todos son víctimas frente a una justicia representada con tres o cuatro, que no ven o fingen no ver.
Ante la carencia de una cultura del honor, caballerosidad, de valores, de respeto, de justicia; permanece hasta en la médula de nuestros huesos, la filosofía de la no tolerancia la no aceptación y del no reconocimiento. Caldo de cultivo para nuestros lamentos históricos los “fuera de lugar” o los no penaltis sociales, laborales, políticos y en nuestro caso, deportivos.
Fernando Mendoza Castañeda
Zapopan, Jal.
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Ixtapan de la Sal y la Dinocracia
Ixtapan de la Sal, hermoso Pueblo Mágico, cuya vocación es netamente turística, dada la paz del lugar, clima y sus dos balnearios con aguas azufradas a las que se les atribuyen propiedades curativas que invitan al relajamiento y a acudir diversos spas establecidos -actividades vitales por ser las fuentes principales de la economía del lugar-, población que acudo desde hace muchos años con cierta frecuencia, al igual que miles de turistas se trasladan para descansar del ajetreo cotidiano.
La desagradable sorpresa que me lleve en mi última visita al balneario del centro -hace un mes aproximadamente-, fue encontrarlo literalmente deteriorado físicamente y con personal totalmente nuevo e inexperto, reflejando una mala administración reflejada en la calidad de su servicio, otrora enormemente eficiente y con un personal calificado y servicial, recursos humanos al que, según me informaron, despidieron en un 99 %, explicándome que la razón fundamental del frustrante cambio se debió a la entrada de una nueva “administración” municipal de otro partido político que generó la abismal diferencia.
Partidocracia , dedocracia y dinocracia en su máxima expresión.
Francisco Benavides Beyer
Cuernavaca, Mor.