Diabetes: azote mundial
Como muchos de ustedes saben, el exceso de glucosa en la sangre genera en el organismo humano una serie de problemas que pueden llevar a complicaciones verdaderamente serias en la salud de las personas: puede derivar en ceguera, puede llevar a graves problemas renales o hepáticos y dar lugar a amputaciones de miembros inferiores, etcétera, etcétera.
La ciencia médica ha declarado que se desconoce el o la causante de la enfermedad. Se sabe sí que es una deficiencia del páncreas, órgano que no produce la hormona insulina o la produce en cantidad insuficiente. La insulina facilita a las células disponer del azúcar de la sangre y en ausencia de esta hormona, la glucosa permanece en el sistema sanguíneo dando lugar, como es sabido, a graves trastornos en el organismo.
Los laboratorios médicos mundiales han desarrollado muchas fórmulas que han servido para sobrellevar esta enfermedad, pero desgraciadamente aún no les ha sido posible desarrollar un producto químico capaz de eliminar la enfermedad. Como sea, los grandes laboratorios médicos internacionales ganan enormes cantidades de dinero fabricando productos que sólo logran mantener cierta estabilidad en los niveles de glucosa, pero en muchos casos y pese a la medicina, la enfermedad sigue afectando al organismo hasta llegar al requerimiento de diálisis que generalmente son el preludio del fin.
Debo aclarar que yo no soy médico, soy ingeniero agrónomo, pero de un tiempo acá me he interesado en la medicina alternativa y gracias a la información que he obtenido durante muchos meses considero que ya puedo ofrecer algunas opiniones sobre todo en las que me consta, he obtenido resultados muy favorables.
En realidad no es lo anterior el tema que deseo narrarles, sino el siguiente: dadas las alentadoras informaciones que conseguí sobre la “cura con imanes”, se me ocurrió hace ya algunos meses ofrecer gratuitamente a las instituciones públicas de salud locales, demostraciones de la terapia aplicada en personas afectadas de diabetes. Recurrí inicialmente a mi clínica del Seguro Social. Le expuse el asunto a su director y él muy amablemente me permitió hablar ante un grupo de diabéticos y varios accedieron a recibir la terapia. Algunos renunciaron antes de tiempo, pero después de 2 meses de terapia (dos veces por semana) los resultados en quienes sí continuaron, fueron sorprendentes (niveles de 250-300 de glucosa se redujeron hasta prácticamente lo normal (110) según pruebas de laboratorio.
Lamentablemente el director de esa clínica del Seguro Social se jubiló y la persona que lo sustituyó se negó a seguir apoyando las demostraciones. Las personas que siguieron con la terapia continúan con sus niveles normales de glucosa prácticamente sin recurrir a los químicos (medicinas) que ingerían inicialmente.
Dada la negativa de la nueva directora de la clínica del Seguro Social, acudí a otras dos instituciones de salud (hospital del DIF y la jurisdicción de salud estatal) en las cuales fui amablemente atendido, pero igual, se negaron a permitirme hacerles las demostraciones gratuitas sobre la “cura con imanes” en sus respectivos pacientes de diabetes
Y aquí la gran pregunta: ¿cómo es que en un problema tan serio como lo es la diabetes, que la medicina alópata no ha podido resolver, rechace terminantemente una alternativa médica que puede llevar la salud a quienes padecen tal enfermedad?
La “cura con imanes” no es dolorosa, no requiere medicinas ni bisturí, ni hospitalizaciones, da resultados relativamente rápidos en por lo menos el 80 % de los casos, no causa ningún daño colateral, su costo es bajísimo. Sin embargo es rechazada y combatida, sin siquiera permitir las demostraciones. En verdad no lo entiendo. ¿Será verdad lo de la mafia mundial de la salud que integran los grandes laboratorios internacionales y que tienen copados los sistemas de salud de todos los países? Ya hay mucho escrito al respecto.
Les envío un cordial saludo y discúlpenme, pero deseaba hacerlo de su conocimiento. (o como dijo aquél: “tenía que contárselo a alguien”).
Héctor Astorga,
Torreón, Coahuila.
