El cambio es el progreso
Sin transformación en la política el avance no es posible. El progreso, el éxito y la felicidad en cualquier forma requieren de constantes esfuerzos porque los inconvenientes acobardarán a los débiles y a los no merecedores del éxito. Nuestro primer paso es la inserción y emancipación de la mujer en la vida política social en la titularidad del estado de Coahuila.
El Derecho de Participación en la vida política social de todos los ciudadanos coahuilenses es por hoy un correctivo porque apagará las esperanzas de abusos, corruptelas y deshonestidades dando ánimos a aquellos de nosotros que trabajamos para vivir una vida útil y feliz y aceptar la disciplina necesaria para llevar a cabo nuestras metas.
La responsabilidad final de los servidores públicos municipales estatales y federales deberá siempre residir en la conciencia sumada de toda nuestra comunidad coahuilense que dispondrá el funcionamiento de nuestra sociedad como un todo. Esta inclusión de la mujer en la titularidad del estado de Coahuila generará iniciativas de salvaguardar todos aquellos servicios específicos como un todo, ya que las experiencias vividas con los varones en la titularidad del estado de Coahuila y en las políticas sociales no han sido manejadas eficientemente.
Que si bien es cierto el desarrollo de una sólida política de relaciones con la ciudadanía, para atender y manejar el gran número de necesidades y derechos con una segura unidad coahuilense reemplazará el miedo, la duda y los conflictos y desacuerdos con la inclusión de la mujer en la titularidad del estado, indiscutiblemente que hará un papel muy importante y efectivo para los coahuilenses. Para el objetivo de tener un gobierno honesto eficaz progresista en el cual nos veamos todos beneficiados sólo debe existir una autoridad fundamental que nuestros líderes y/o mandatarios son nada más que servidores de confianza, no mandan.
Alberto Lara Noriega,
Comarca Lagunera.
El ya candidato republicano
La elección de Donald Trump, persona nada común al pensar y manera de ser republicano, como candidato del Partido Republicano a las elecciones presidenciales norteamericanas del próximo 8 de noviembre culmina un proceso plagado de dudas y recelos sobre la viabilidad del candidato y sobre la posibilidad cierta de imponerse a la futura líder demócrata Hillary Clinton.
En la convención republicana de Cleveland no se han disimulado las disidencias, incluso se han producido ausencias como forma de protesta. Sin embargo, ha prevalecido la urgencia de entrar en la liza cuanto antes con la candidatura demócrata. Las dudas sobre la viabilidad de un político que se caracteriza por su populismo y capacidad de provocación han quedado aparcadas, lo cual no significa que hayan sido digeridas por amplios sectores de los republicanos y menos aún por norteamericanos no republicanos.
JD Mez Madrid,
Girona, España.
