Los maestros
Es increíble lo que está pasando con la CNTE y los maestros de los estados sureños y por desgracia de los que más atraso cultural y educativo tienen, se dice de las funciones del maestro que son mostrar, explicar, pero por encima de todo “inspirar” esto es enseñar y motivar con el ejemplo. Qué ejemplo están dando, la delincuencia daría mejor ejemplo. Pobres padres de familia de estos millones de futuros ciudadanos que se están quedando sin la más mínima instrucción ya que la educación debe ser en casa.
Lo más malo es que aunque se “arreglaran” las cosas, no se puede esperar más que malos ejemplos y mala enseñanza de estos maestros, esperemos que algunos cuando menos tengan vocación y se dediquen para lo que se les paga, si no pobres niños, condenados al atraso y a la pobreza.
Vocación
Hay tres actividades principalmente a las que aspire a dedicarse el hombre es indispensable tener vocación. Entendiéndose por esto que la finalidad del ser humano es servir a sus semejantes.
El sacerdote, doctor de alma, el médico, doctor de cuerpos y el maestro, doctor de la inteligencia.
A los jóvenes que aspiren a estas actividades, es conveniente advertir que si los motivos son materiales, es decir ganar dinero y bienes, estas actividades no son las idóneas para este fin. De ninguna manera implico que no pueden aspirar a satisfacer sus necesidades con esta actividad, los sacerdotes y los maestros son con más frecuencia los que pasan penurias económicas y en especial los maestros, que normalmente tienen familia, merecerían mejores emolumentos, el sacerdote, también tiene derecho a una vida medianamente cómoda, aunque los hay, especialmente frailes que entre otros votos hacen el de pobreza. Los doctores y si tienen alguna especialidad o son cirujanos, normalmente son los que más dinero ganan, aunque habría que apuntar que en la facultad de medicina, llevaran algún curso de administración, ya que con mucha frecuencia los engañan con negocios o inversiones malas o peor aún los estafan.
Como están de moda los maestros y no por buenos motivos, voy a transcribir las clases de maestros que puede haber:
El maestro mediocre, dice.
El buen maestro, explica.
El maestro superior, demuestra.
El gran maestro, inspira.
William Arthur Ward.
Me despido felicitando a los buenos maestros que seguramente los hay y que hacen su callado y cotidiano esfuerzo por forjar mejores ciudadanos.
El joven que se quiera dedicar a estas actividades, repito, es muy conveniente que analice si tiene vocación. Si no mucho mejor es que elija otra actividad.
Recuerdo con cariño y gratitud los buenos maestros que tuve la fortuna de tener en mi infancia y juventud.
Raimundo Portilla,
Ciudadano de Torreón.
