Insensatez global
Googleo es una palabra que creo está cada vez más presente en el ambiente, tanto en el país como en el mundo. Insensato: Que no tiene sensatez, que muestra imprudencia e inmadurez en sus actos.
A lo mejor para las nuevas generaciones sensatez es una palabra casi desconocida porque ya no se usa mucho en nuestro días.
Dábamos por hecho que todos, de alguna manera, buscábamos tener un buen juicio para que de alguna manera nuestras acciones y decisiones tuvieran el respaldo de nuestra propia persona. Ni qué decir de las personas que aseguraban ‘dar su palabra’, para saber que eran confiables.
Desgraciadamente, en este tiempo de redes sociales, lo importante no es ni la prudencia o la razón, sino los likes y seguidores que uno tiene.
Es decir, estamos en una sociedad que se ha convertido en un concurso de popularidad, en donde aquel que tenga más seguidores en Facebook o Twitter, tendrá más resonancia en su sociedad.
Es verdad que esto genera que haya una verdadera libertad de pensar, aunque en más ocasiones cualquier opinión, por más errónea que sea se le tiene que dar su lugar. Es decir Babel vuelve a nuestros hogares para dejarnos con la sensación de una confusión constante.
Y, ¿por qué la insensatez se convertido en la moneda de cambio?, ¿por qué una persona como Donald Trump es capaz de no tener nada de juicio y ser seguido, idolatrado, defendido y hasta valorado?
Porque la razón ha sido vitupereada, es la que ha sido la que originó las armas, las guerras, los conflictos, las ideologías.
Luego del debate del lunes en Estados Unidos y de ver la actuación de nuestros políticos en el país, me queda claro que la razón ya no tiene cabida, que las leyes están a expensas de sus propias fallas, que la sociedad se mantiene aplacada porque no es “popular” ir en contra de los beneficios del poder (léase quesos o “moches”).
El ambiente social cada vez es más insensato, el que “tiene más saliva traga más pinole”. La ley del más fuerte o el dizque “inteligente” o “gandalla” se llevará las palmas de todos.
Lo único que nos queda es recuperar la sensatez, (ojo no es lo mismo que andar gritando que un concepto de familia generado apenas en el siglo XIX sea la única forma en la que se debe desarrollar una persona). El buen juicio empieza por el tener decisiones claras, responder por éstas y ser respetuoso con el otro. De lo contario, viviremos en nuestro “reality show” en donde cada semana nos esperaremos a ser recompensados o expulsados.
Jesús Mesta,
Torreón, Coahuila.
