Panteón Torreón o foco de infección
Si las autoridades correspondientes al rubro de panteones, Salubridad y atención ciudadana abandona por unos cuantos minutos sus cómodas, frescas y saludables oficinas y se dieran una pequeña vueltecita hacia el panteón de Torreón por la parte sur-oriente colindante con el panteón municipal dos, y frente a la colonia Las Noas veían esa parte convertida en un verdadero basurero y muladar, en donde la gente arroja toda clase de desperdicios y basura, incluso sobre las tumbas, y hasta perros muertos muertos han tirado por esa parte provocando fétidos olores representando un riesgo sanitario para los habitantes de esas colonias aledañas a los panteones por ese foco de infección, ante el descuido y el abandono de ese panteón crece la maleza hasta un metro de altura representando un serio peligro para los visitantes que van a ver a sus deudos, pues en muchas partes hay infinidad de hoyos de topos y alimañas, y alguien puede sufrir algún accidente. En contraste el panteón municipal parece limpio, pues PASA tiene colocados dos contenedores para recolectar su propio basura que el personal de limpieza realiza, pero una vez llenos tarda mucho en recogerlos, lo que aprovecha indebidamente la gente para también ahí echar sus desperdicios y basura, y al llenarse se derrama, lo que aprovechan los perros callejeros que ahí abundan para revolverá en busca de alimento.
El panteón Torreón, el mas antiguo de la ciudad es propiedad privada ¿podrían las autoridades correspondientes tener un poco de sensibilidad, sentido humano, responsabilidad y respeto por los muertos de ese panteón?
Si la tiene actúen de inmediato exigiendo al o los dueños de ese cementerio que corrijan esa anomalía ya sea cercándolo, limpiándolo o vendiéndolo. Se acerca el día de finados y mucha gente va a visitar a los difuntos, y el municipio autoriza y permite la venta de alimentos y flores frente al basurero en que se ha convertido esa parte del panteón.
Tomás Castillo Flores
Torreón, Coahuila
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Sacerdotes en el punto de mira
En los últimos diez años han sido asesinados 40 sacerdotes en México. A ellos hay que sumar los tres asesinatos de hace unas semanas. La mayor parte de los muertos proceden de los Estados de Michoacán, Veracruz (en el Golfo de México), Guerrero (en la costa del Pacífico) y Chihuahua.
Todos ellos, especialmente azotados por el narco y el crimen organizado. De hecho en algunos Estados, los sacerdotes reciben formación especial para poder trabajar en zonas de alto conflicto.
A falta de aclarar los detalles de los tres últimos asesinatos, las muertes de sacerdotes son un episodio más de un drama cotidiano que azota sin tregua a México y frente al que se desvela la impotencia del Estado. De hecho, uno de los mayores problemas de México es la corrupción, y junto a ella, desgraciadamente, la impunidad.
Lluis Esquena Romaguera
Girona, España.