Luces y sombras de 2016
El 2016 ha sido un año de momentos conmovedores e impactantes. Donde lamentablemente hemos visto el lado oscuro de la humanidad con los diferentes atentados por todo el mundo y la guerra invisible contra el terrorismo. Pero también hemos tenido momentos inolvidables, donde el ser humano dio un poco de la mucha paz y amor que se necesita en estos tiempos, así como esperanza en medio de tantas dudas e incertidumbre.
Pareciera que la lógica y el deber ser no existieron este año y por lo tanto pudo ganar el racismo, la xenofobia y el sexismo con Donald Trump. Así como el Brexit con la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y el “NO” en Colombia con el acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno Colombiano.
No obstante, dentro de todo este mundo que sufre y llora en silencio, existen testimonios de vida que dan bocanadas de aire fresco a pesar del miedo y la zozobra que puede depararnos el 2017.
Hablamos de las mujeres que luchan contra el cáncer, los niños que buscan vencer la leucemia, las mujeres que alzan la voz por aquellas que lamentablemente perdieron la vida a causa de la violencia de género. Aquellos que decidieron recibir a refugiados en sus casas y no fueron indiferentes ante el dolor de un país que grita y pareciera que no queremos escuchar. Hablamos de los defensores de derechos humanos que en nuestro país luchan por la justicia y la verdad en casos como Ayotzinapa, Tlatlaya, Tanhuato y por los más de 27 mil desaparecidos en México. Así como los periodistas que se atrevieron a denunciar conflicto de intereses, aquellos que perdieron la vida por decir la verdad y dar voz a quienes no pueden ser escuchados.
Todas estas historias se encuentran frente a nosotros, diciéndonos que debemos ser menos indiferentes y más bondadosos. Donde la fraternidad permita darnos cuenta que la esperanza existe y vive en nosotros. A unos cuantos días de terminar el año, reflexionemos y busquemos dar el primer paso para hacer la diferencia en el 2017.
Jorge Saucedo,
Torreón, Coah.
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Entre mas lejos mejor
La deshumanización indudablemente se encuentra trastocando múltiples actividades de la población mundial en infinidad de rubros como consecuencia de la explosión demográfica global y el avance de la tecnología; para muestra un botón:
La banca en México a sus clientes los prefiere de lejos, es decir que entre menos personas acudan físicamente a sus instalaciones, la productividad, y utilidades se incrementan.
¿Por qué?, muy fácil: abaten sus costos disminuyendo drásticamente el personal, que es sustituido por la automatización en la operación y el factor de la facilidad de la clientela para hacer movimientos remotos.
Llegan al grado de incentivar por varios flancos, como los descuentos en comisiones, en la exención del cargo por expedición de tarjetas de crédito y demás promociones para el efecto.
Es decir, de lejecitos nos vemos mas bonitos.
Francisco Benavides Beyer,
Cuernavaca, Mor.