La mancuerna americanista Oribe Peralta y Darwin Quintero tuvieron complicaciones para generar acciones de peligro gracias a la defensa comandada por Néstor Araujo y Carlos Izquierdoz. (Fotografía Ramón Sotomayor)
Hace cuatro años, Darwin Quintero y Oribe Peralta disputaban la semifinal del Clausura 2012 contra los Tigres. En aquel partido tuvieron una magistral actuación donde el lagunero y el colombiano lograron sacar el partido en tres minutos; hicieron que la afición se les rindiera por la hazaña que puso a La Laguna de fiesta.
A la fecha, ambos disputaban ayer una semifinal en el Corona, pero ahora vistiendo los colores de los azulcremas y en contra del equipo que los vio triunfar como futbolistas.
El himno de Santos se escuchaba en el estadio, esa melodía que hacía enchinar la piel a Peralta y Quintero previo entrar a un partido. Un ambiente que les era muy familiar en el túnel que nadie mejor que ellos conocían.
Ambos miraban alrededor expectantes mientras esperaban dar el toque inicial, los exsantistas fueron los primeros en mover la bola en el césped donde los sentimientos se encontraban y los recuerdos estaban a flor de piel.
En el transcurrir de los minutos, Oribe y Darwin batallaron, la defensa comandada por Néstor Araujo y Carlos Izquierdoz estuvieron a la altura para detener el ataque americanista. Los amagues y los cambios de juegos que realizaban entre ellos eran insuficientes para poder marcar en el arco de Agustín Marchesín.
24 vs. 24, Izquierdoz y Peralta protagonizaron un gran duelo. El zaguero argentino no se despegaba del lagunero; su misión era clara: No dejar que anotara el último ídolo santista.
Y por lo menos en este partido lo logró. Oribe Peralta se quedó con las ganas de anotarle a Santos en la portería sur, arco donde logró aquellos dos goles para tener el pase a la gran final del Clausura 2012.
ACTUACIÓN GRIS
En la segunda mitad los atacantes se colocaron en la misma posición. Uno al lado de otro, con sus respectivas marcas de la zaga santista. Iniciaron la búsqueda el gol que tanto se les había negado en este partido; su ex equipo estaba más cerca de meter el primero que las propias Águilas.
La tribuna coreaba "Santos, Santos", mientras el América tomaba el balón. Era coincidencia que ese grito de guerra antes motivara a los atacantes azulcremas y ahora fuera un factor en su contra, el estadio pesaba, tal vez el juego donde más ha pesado en lo que va del año.
Al ver que su equipo no respondía, el técnico Ignacio Ambriz, decidió sacar a Darwin Quintero. El colombiano se fue abucheado, como si fuera un desconocido. La gente aún está dolida por su partida al equipo que ha sido acreedor de muchas estrellas santistas. Se fue sin hacer un gesto, sabía que no había cumplido su principal misión de anotar.
La semifinal disputada en el estadio Corona por Quintero y Peralta fue gris al igual que el resultado. Santos Laguna y el América dejaron el suspenso para el encuentro de vuelta, donde ambos elementos volverán a encarar a su antiguo equipo.
