La semana pasada, en presencia del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se lanzó en Torreón la llamada Fuerza Metropolitana. De esta corporación policial hasta ahora lo que se sabe es que contará con 102 agentes que actuarán bajo las órdenes de la Comandancia del Mando Especial militar de La Laguna, y que será un grupo de reacción inmediata para fortalecer la seguridad pública y la procuración de justicia en el área conurbada de la región, según las fuentes oficiales. Con lo novedoso que puede parecer una institución de esta naturaleza en una comarca dividida en dos estados, el proyecto no es nuevo. ¿Qué ha pasado, entonces, con las anteriores iniciativas?
Mención aparte del esfuerzo de la SEDENA, El primer intento por formar una policía metropolitana se dio en 2011. En diciembre de ese año las autoridades de los estados de Coahuila y Durango informaron que ya tenían agentes, presupuesto y hasta cuartel para operar la nueva corporación. Cada entidad aportaría cierto número de policías. El único tema que quedaba por resolver era el de las facultades legales para que estos policías pudieran patrullar en toda el área conurbada independientemente de las jurisdicciones estatales. Meses después, en 2012, ya nada se supo.
A mediados de 2013, el tema resurgió y las autoridades aseguraron que el proyecto de contar con una fuerza policial para la Comarca Lagunera no se había desechado. No obstante, en los hechos era inoperante. En noviembre de 2014, el gobernador de Durango, Jorge Herrera, anunció por segunda ocasión la creación de una policía metropolitana, la cual estaría conformada por 120 elementos de las corporaciones de cada estado. Nuevamente se omitió resolver los inconvenientes legales y para 2015 el tema desapareció de la agenda de los gobiernos.
Por tercera ocasión, la semana pasada se anunció la conformación de un cuerpo de seguridad conurbado, ahora bautizado como Fuerza Metropolitana. Para tal efecto se firmó con el titular de Segob como testigo el Convenio de Coordinación Metropolitana, un acta de intención. Aunque si bien el aval del secretario Osorio Chong puede representar una diferencia en comparación con los intentos anteriores, el problema sigue siendo el mismo: la falta de acuerdos para dotar de facultades a esta nueva policía y que los agentes, ya sean de Coahuila o de Durango, puedan tener libertad de movimiento para combatir a los criminales, quienes, por desgracia, parecen seguir siendo los únicos que cuentan con una verdadera visión metropolitana.
Gobernar a La Laguna no es fácil desde las capitales, a 250 kilómetros de distancia. Mucho menos lo es sin la voluntad real de coordinación entre los gobiernos locales, de los estatales hablamos. Y ha sido precisamente éste el mayor obstáculo para avanzar en muchas de las soluciones a los problemas que la región padece. Sin esa voluntad, que deje de lado el celo jurisdiccional y político, la Fuerza Metropolitana estará de nuevo condenada al fracaso. Ojalá que no sea así, por el bien de La Laguna.
