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GABRIELA MISTRAL, PREMIO NOBEL EN LITERATURA 1945

Dr. Leonel Rodríguez R.

(Tercera y última parte)

Después de su estancia en México, Gabriela recorre los Estados Unidos de América y Europa, radicando en Francia e Italia de 1925 a 1934 trabajando en un programa para la Cooperación de Intelectuales en la Liga de las Naciones. Durante este período, escribe más de 50 artículos en periódicos y revistas por año, trabajando con personalidades como Mme. Curie y Henri Bergson. En 1930, empieza a trabajar como profesora invitada en los Colegios Barnard y Vassar de Nueva York.

En 1933, ingresa al servicio diplomático, siendo nombrada por el gobierno de su país como Embajadora de la Cultura Latinoamericana. Posteriormente, representa a su país en Brasil, España, Portugal, Italia y Estados Unidos. Durante la última etapa de su vida, estuvo asociada a universidades americanas. El 10 de diciembre de 1945 recibe el Premio Nobel de Literatura de manos del Rey Gustavo V de Suecia. Con este galardón, se convierte en el primer literato latinoamericano en recibir esta presea; en 1947, recibe el Doctorado Honoris Causa del Mills College of Oakland, California, y en 1951, es distinguida con el Premio Nacional de Literatura.

Cerca de diez años tardó Gabriela en regresar a Chile, a decir de ella, para eludir todos estos sucesos; sin embargo, a su retorno es recibida con grandes honores. Posteriormente, su salud precaria la obliga a retirarse de sus múltiples actividades en su residencia en Nueva York. Su partida ocurrió el 10 de enero de 1957 a la edad de 67 años, víctima de cáncer, al lado de su hija espiritual, la enfermera Doris Dana, joven norteamericana fascinada por el genio de la poetisa.

En medio de honores como sólo se le rinden a un Pontífice y a Jefes de Estado, sus restos fueron llevados a Chile el 19 de enero de ese año y son inhumados en el pueblo de Montegrande, en su región natal, cubierta de lo que había sido su última voluntad: el hábito de San Francisco, concluyendo así la historia de una sencilla mujer que por su trayectoria ocupa un lugar dentro de la historia de las Mujeres Célebres.

GABRIELA MISTRAL nunca se casó, sin embargo, adoptó un niño que luego murió. En sus poemas, refleja su anhelo de la maternidad biológica, especialmente en sus canciones de cuna y poemas maternales. La religiosidad también se observa en sus obras "Motivos de San Francisco" y "Elegía a las cosas de la tierra", donde combina valores tanto espirituales como materiales.

El 15 de noviembre del 2005, es homenajeada en el Metro de Santiago con motivo del 60 aniversario de haber recibido el Premio Nobel de Literatura, dedicándole un tren tapizado con fotografías de la poetisa.

En el setenta y un aniversario de la entrega de esta distinción a una mujer latinoamericana, dedicamos este reconocimiento como un homenaje a quien fuera un personaje fuera de serie en una época que prácticamente todo tipo de educación estaba prohibida para todas ellas (Diciembre del 2016).

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