Óscar Figueroa se quitó los zapatos y lloró de la emoción. Gana Colombia su primera de oro gracias a Figueroa
Óscar Figueroa se quitó las zapatillas, se arrodilló y se tiró hacia atrás, sin poder contener las lágrimas.
Después de varios meses de lesiones, problemas judiciales e incertidumbre, el pesista dio rienda suelta a la emoción al conquistar ayer el primer oro de Colombia en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en la categoría de 62 kilos.
Tan pronto se confirmó su oro, Figueroa besó las pesas y realizó una reverencia ante los cientos de colombianos que, vestidos con las camisetas amarillas de la selección de fútbol del país, coreaban su nombre y el del país en un ambiente festivo en las gradas.
"Es una experiencia indescriptible, un gran premio a mi carrera deportiva de 22 años. Se llama experiencia competitiva. No estoy viejo como algunos decían", dijo Figueroa, de 33 años. El oriundo de Zaragoza, en el departamento de Antioquía, mejoró la plata que consiguió hace cuatro años en Londres.
"Gracias a Dios se dieron las cosas después de episodios difíciles", agregó el campeón panamericano de 2015.
Figueroa venia de pasar momentos difíciles. En enero fue operado de dos hernias lumbares y le colocaron un implante para mejorar la movilidad de su columna. "Por eso el año pasado no tuve muy buenos resultados. Gracias a Dios esta recuperación fue bastante satisfactoria", dijo.
Y en junio fue condenado a 16 meses de prisión (si bien pudo salir en libertad condicional) tras declarársele culpable de denunciar un falso robo de un automóvil.
"Eso no ha sido una distracción", señaló Figueroa sobre el caso judicial. "Yo estoy aquí para dar buenas noticias. Noticias buenas a mi país".
Figueroa explicó que se quitó los zapatos cuando fue coronado campeón porque se sintió conmovido por el momento y sentía que era la forma de cerrar su exitosa carrera. "Ya prácticamente me voy a retirar. Por eso me los quité, por la emoción. Había buscado esto tantos años y quería retirarme con una presea dorada".