Se han habilitado seis centros humanitarios para atender a los civiles en el este de la ciudad, asediada por las fuerzas gubernamentales. (EFE)
Rusia aceptó hoy garantizar la entrada de los convoyes con ayuda humanitaria de la ONU en Alepo, la segunda ciudad siria, a través de los corredores abiertos por el Ejército sirio y la aviación rusa.
"Estamos dispuestos a garantizar la entrada en la parte oriental de Alepo de los convoyes humanitarios de la ONU", dijo el general Serguéi Rudskói a la televisión pública rusa.
El general destacó que, "desde el domingo" están abiertos "todos los corredores en la parte oriental de Alepo", así como en el interior de la propia ciudad, donde habría en torno a un cuarto de millón de civiles, según diversas fuentes.
Explicó que 15 toneladas de asistencia ya habrían sido entregadas por esos medios, además de que se han habilitado seis centros humanitarios para atender a los civiles en el este de la ciudad, asediada por las fuerzas gubernamentales.
"Se trata de alimentos, productos de primera necesidad y medicinas. Además, una columna con otras 15 toneladas de ayuda humanitaria rusa fue enviada ayer a Alepo", dijo.
A su vez, aseguró que Rusia apoya "totalmente" la propuesta del enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, sobre la operación humanitaria que rusos y sirios pusieron en marcha el pasado jueves en Alepo.
Se refería al llamamiento realizado por De Mistura en el que propuso a Rusia que deje a las Naciones Unidas gestionar los corredores humanitarios.
El militar ruso resaltó que la ayuda humanitaria también está destinada a aquellos civiles que no quieren abandonar Alepo, que reciben asistencia por aire.
"Hoy los civiles pueden regresar libremente a sus casas tras recibir los alimentos y la asistencia médica", señaló.
Rusia anunció el pasado jueves el inicio de una operación humanitaria en Alepo, en colaboración con el Ejercito sirio, que se propone abrir corredores humanitarios para que los civiles puedan abandonar la ciudad y los guerrilleros que lo deseen depongan las armas.
No obstante, la oposición armada y algunos gobiernos occidentales temen que la operación sea la antesala de un asalto militar contra la segunda ciudad siria, que, según diversas fuentes, acogería a más de 10,000 combatientes, entre guerrilleros contrarios al régimen de Bachar al Asad y yihadistas.